El coche autónomo continúa su imparable carrera para convertirse en una realidad, aunque de momento la mayoría de fabricantes y empresas tecnológicas continúan en fase de pruebas. Land Rover quiere llevar a su coche autónomo fuera del asfalto, mientras que en el pasado Festival de Velocidad de Goodwood ya pudimos ver en acción a un ‘Robocar’, pero estos últimos meses también se han producido accidentes que han hecho saltar la polémica.
Desde el coche de Waymo, hasta la primera víctima mortal que se cobró un coche de Uber o el sufrido por un Chevrolet Bolt de Cruise Automation, todos comparten un historial accidentado que ha protagonizado un intenso debate entre detractores y defensores del coche autónomo. Muchos creen que es una tecnología moderna y joven, más propia del siglo XXI, pero pocos que el coche autónomo cuenta a sus espaldas con una larga historia de experimentos y pruebas a lo largo de todo el mundo.
¿Cuándo nace la idea de un coche autónomo?
Existen numersas historias acerca de experimentos que durante los inicios del siglo XX tuvieron como protagonista el coche sin conductor, y es que desde la aparición del automóvil el hombre soñó con la conducción autónoma. Durante los años 20′ una pequeña compañía de Milwaukee realizó una demostración, que aunque algo primitiva, podemos decir que fue la semilla del coche autónomo, tuvo lugar en diciembre de 1926 gracias a un sistema capaz de controlar un vehículo por radio.
Otros afirman que, incluso un año antes, en Nueva York, se realizó un experimento similar que habría utilizado la misma tecnología a través de ondas de radio para conducir un vehículo sin conductor. Para ello, debía ir acompañado de un coche escolta desde el cual se dirigía el vehículo primer vehículo. Todo cambió en 1939 cuando con motivo de la Exposición Universal, Norman Bel Geddes presentó en la feria de Futurama la idea de coches eléctricos conducidos de forma autónoma a través de carreteras automáticas.
A pesar de no ser exactamente la idea de coche autónomo que tenemos hoy en día, esta exposición marcó un antes y un después, y consiguió que muchas empresas tecnológicas aumentaran su interés por esta forma tan peculiar de transporte. Esta misma idea que utilizaba carriles fijados a cada vehículo fue explorada ya en los años 60 por General Motors y la Radio Corporation of America.
Ernst Dickmanns, el padre del coche autónomo
La mayoría de avances en el coche autónomo se deben a un único nombre, Ernst Dickmanns, un alemán que profesor de la Bundeswehr University de Múnich y experto en inteligencia artificial que lideró la construcción del primer coche autónomo moderno. Para ello utilizó una tecnología avanzada que combinaba la visión sacádica (un movimientos rápido del ojo, cabeza u otra partes del cuerpo de animales o dispositivos) con cálculos probabilísticos y computación paralela.
En 1987 Dickmanns diseñó una furgoneta Mercedes-Benz con esta tecnología y consiguió con éxito conducir por una autopista sin conductor alcanzando velocidades de 100 km/h sin tráfico. Más adelante, en 1994 un Mercedes 500 SEL rebautizado como ‘VAmP’ recorrió más de 1.000 kilómetros en la carretera de circunvalación que rodea la ciudad de París, incluso era capaz de adelantar a otros coches y alcanzar velocidades de hasta 130 km/h.
Tras esta serie de experimentos la Comisión Europea mostró su interés en la idea y realizó una generosa inversión de 800 millones de euros en el bautizado como proyecto EUREKA Prometheus para el desarrollo del coche autónomo. De nuevo, en 1995 Dickmans modificó un Mercedes-Benz Clase S para que realizara un viaje entre Munich y Copenague, de nuevo con la visión sacádica y computarizada como principales bazas.
Este robot alcanzó velocidades de hasta 175 km/h en las Autobahn y el 95 % del trayecto se llevó a cabo de forma totalmente autónoma, solo necesitó una intervención humana con tiempos medios de 9 kilómetros. Otro de los principales precursores del coche autónomo es la agencia estadounidense ARPA, que en el 2004 creó el DARPA Grand Challenge, un campeonato anual de vehículos autónomos. Poco después llegó Google con el Google Car que consiguió revolucionar la industria.
Una de las proezas más recientes fue la que llevó a cabo Audi con un SQ5, que fue capaz de recorrer 5.400 kilómetros en modo autónomo si apenas intervenciones.
Ya en la actualidad podemos decir que numerosas marcas, fabricantes y empresas tecnológicas están trabajando para el desarrollo del coche autónomo, incluso Apple. Tesla es uno de los principales precursores en la actualidad de este tipo de sistemas gracias al ‘Autopilot’ y aunque aún queda mucho camino por recorrer ahora estamos mucho más cerca de conseguirlo.