La historia de Mercedes está ligada con la F1 desde sus inicios. Primero en el plano deportivo, donde lleva destacando décadas, y desde haces unos años también en el plano organizativo. Suministradora de los Safety Car y Medical Car durante las últimas 17 temporadas, cualquier seguidor de Fórmula 1 asocia los Mercedes-AMG con la actual seguridad de esta especialidad deportiva del motor.
El primero de todos se remonta a principios del siglo XX en aquellas locas 500 millas de Indianápolis, donde prestaba sus servicios bastante a menudo un Stoddard Dayton Touring, que fue el precursor de esta tradicional figura de asistencia y seguridad que ha permanecido hasta nuestros tiempos.
Las primeras unidades Mercedes AMG vistas se remontan a 1996, año en que comenzó su participación oficial en esta disciplina asistencial con un C36 AMG, aunque años atrás, en 1984, ya había salido a pista puntualmente un Clase E Coupé AMG W123 especialmente preparado.
Hay que decir que este “invento americano” tardó en exportarse al viejo continente, y digo esto porque aunque en los Estados Unidos prevaleció y se extendió incluso a otras modalidades del motor como la Indy Car o la Nascar, no fue hasta el 73’ cuando se puedo ver un Safety Car en Fórmula 1. Se trató de un Porsche 914 que debutó en el GP de Canadá.
Aun así, la inconcreción de su finalidad y la falta de coordinación y normativa específica al respecto hizo que no fuera hasta el año 93’ en el GP de Brasil con un Fian Tempra cuando se instaurase definitivamente esta fórmula de seguridad tan importante para agrupar a los coches en caso de dificultades serias en pista.
Previamente se siguió manteniendo la figura, pero de una forma menos organizada y coordinada, dando lugar a malentendidos en las clasificaciones en incluso riesgos, como se demostró en algunos GP’s, por eso en 2007 se modificaron algunas de las reglas que implicaban la intromisión del Safety Car en la carrera, imponiéndose la prohibición de entrar en boxes mientras este estuviera en pista, pero fue modificada de nuevo en 2009 volviéndose a permitir el acceso al pitlane pero fijándose una velocidad a la que todos los coches deben circular mientras está el coche de seguridad en pista.
Hasta la fecha, los circuitos de Singapur y Corea han sido los que más posibilidades de despliegue del coche de seguridad han tenido en comparación con otros como el de Malasia, Bahrein o Hungría, que están en el otro extremo de la tabla. En cualquier caso, esta figura, aunque más reglamentada, sigue creando situaciones “difíciles” hasta el punto de perjudicar a unos y beneficiar a otros dependiendo de en qué momento tenga que entrar.
Actualmente, el coche oficial de seguridad es un SLS AMG conducido por Bernd Maylander, encargado de pilotar los Safety Car desde el año 2000. Con su V8 de 6,3 litros y casi 600cv, el nuevo alas de gaviota es hasta ahora uno de los más potentes de cuantos modelos han prestado sus servicios en esta liga, descontando el anterior SL63 AMG que cesó en 2009. Por su parte, la responsabilidad de la asistencia médica en pista recae sobre un C63 AMG State de igual potencia.
La dinámica de esta competición ha ido variando con el paso del tiempo. Los modelos han mejorado, las condiciones son también mejores y más seguras, pero aunque afortunadamente las situaciones de peligro son menos, la función de este tipo de vehículos se ha convertido en básica.