En los últimos años hemos visto cómo las marcas se han dedicado a hacer motores realmente pequeños con altas dosis de potencia. El downsizing ha estado de moda una buena temporada y, aunque actualmente parece ser que esta tendencia se está revirtiendo, no es difícil encontrarse aún con algunos modelos que superan los 200 CV con desplazamientos y cilindradas muy reducidos.
Los motores de tres cilindros llegaron hace unos años para quedarse y cada vez se incorporan en modelos de mayor tamaño, incluso en deportivos de élite, pero lo que probablemente desconocías es que la firma del Cavallino Rampante ya experimentaba con este tipo de mecánicas a principios de la década de 1990.
Si alguna vez has estado en el Museo de Ferrari, en Maranello, es más que probable que te hayas encontrado un motor diferente a cualquier otro en la historia de la marca. Hablamos de un pequeño motor de dos tiempos sobrealimentado por turbocompresor, con 1.3 litros de desplazamiento y tres cilindros, una mecánica que no nos encaja mucho con la filosofía de la marca.
La idea de Ferrari nunca fue llevar esta mecánica a producción, sino simplemente explorar las posibilidades de los motores de dos tiempos.
Ferrari desarrolló esta mecánica – denominada F134 – en 1994 como un banco de pruebas para un seis cilindros de dos tiempos. Esencialmente, la idea era unir dos motores de tres cilindros para hacer un V6 de dos tiempos sobrealimentado. Y lejos de lo que pueda parecer, no era una idea del todo descabellada.
Si bien los motores de dos tiempos tienen fama de ser poco eficientes y generar una alta potencia específica, el proyecto de Ferrari empleaba inyección doble de combustible en lugar de un carburador, como ocurre habitualmente es los motor de dos tiempos, así como válvulas de escape controladas por un árbol de levas.
Gracias al sobrealimentador, Ferrari logró que su mecánica bombease más aire en los cilindros y, al mismo tiempo, eliminase los gases de escape, aumentando la eficiencia de la combustión. En cifras, era capaz de desarrollar 130 CV a 5.000 rpm, lo que se traducía en una potencia específica de 100 CV/litro. En el vídeo podéis ver más detalles.