Hace ya dos años que Ford nos presentó el Mustang Bullitt, una reinterpretación en formato moderno del mítico deportivo de película que hemos podido probar recientemente. En ese momento, la sesión fotográfica no solo tuvo como protagonista el nuevo modelo, también estuvo presente el clásico Mustang de Bullitt.
Curiosamente, este Mustang clásico era uno de los originales de la película, una unidad que fue conducida en las calles de San Francisco por Steve McQueen y que permaneció escondida durante muchos años. En total, para el mítico film se usaron dos unidades de Mustang, pero este es el llamado «Hero Car» que se usó para la mayoría de las filmaciones.
Fue rescatada por Ford y ahora será subastada por la casa Mecum el próximo 10 de enero de 2020. Hablamos de un GT Fastback de 1968 pintado de Highland Green. Las primeras especulaciones apuntan a que este Mustang de película se convertirá en el más caro de la historia del modelo, y conociendo su historia desde luego no es de extrañar.
En 2018 Hagerty sugirió que el Mustang Bullit podría valer has 3,6 millones de euros.
Aunque un Shelby GT500 Super Snake de 1967 se vendió por 2.2 millones de dólares recientemente, es fácil imaginar que este alcance cifras todavía más desorbitadas. Se trata del Mustang más emblemático de todos los tiempos, un automóvil que fue modificado ampliamente para la película y que cuenta con un sinfín de chucherías que lo hacen único.
Esta unidad cuenta con una parrilla oscurecida, ruedas Torq Thrust grises y un trabajo de pintura «rayado» para darle una apariencia más «auténtica y rodada en la carretera«. También se quitaron los emblemas y se introdujeron un sistema de suspensión mejorado, algunas actualizaciones de motor y algunos puntos de montaje para cámaras.
Una vez completada la filmación, Warner Brothers reparó el automóvil y se lo vendió al detective de Nueva Jersey Frank Marrancan. Tras cuatro años con el Mustang Bullitt en su garage, lo incluyó en los clasificados de Road & Track de octubre de 1974. Poco después, un señor llamado Robert Kiernan lo compró por 6.000 dólares y lo puso inmediatamente en marcha.
La esposa de Kiernan usó el Mustang a diario durante varios años.
El propio McQueen intentó comprar el automóvil en 1977, pero Robert Kiernan lo retuvo hasta su muerte en 2014, momento en el que se lo pasó a su hijo, Sean. El joven Kiernan siempre ha querido mantener el modelo en su ámbito familiar, sin embargo, no le culpamos por querer venderlo. Al fin y al cabo, la cifra astronómica que el modelo puede alcanzar seguro que le cambia la vida…