Seguramente recuerdes con nostalgia el Toyota Celica GT-Four (ST165) que compitió en el Campeonato del Mundo de Rallies durante varias temporadas en la década de los ’90. Es un modelo mítico no solo por su diseño, sino también por convertirse en el primer coche japonés ganador del World Rally Championship (WRC).
No menos llamativo es que el hecho de que, tras el volante, se encontrara el gran piloto Carlos Sainz, acompañado, como no podría ser de otra manera, por su copiloto y amigo Luis Moya. De hecho, será en octubre de este mismo año cuando se cumplan nada menos que tres décadas de este hito de Toyota en la competición.
La primera victoria de la firma nipona en los rallies tuvo lugar en el mítico Rally San Remo, el 18 de octubre de 1990. El trío formado por el Celica GT-Four, Sainz y Moya firmó un campeonato casi perfecto y se llevaron el título a falta de dos pruebas para el final del Mundial de Rallys de aquel año.
En realidad, la primera temporada del trío ganador -Carlos Sainz, Luis Moya y el Celica GT-Four- fue en 1989, donde únicamente lograron sumar tres podios. Sin embargo, tanto el Toyota Team Europe (TTE) como Sainz y Moya afrontaban 1990 con la máxima ambición y un único objetivo: llevarse el título mundial.
Y ya sabemos como son Carlos Sainz y Toyota. El primero consigue todo lo que se le mete entre ceja y ceja cuando se trata de competiciones de motor; mientras que Toyota se propuso ser pionera en tecnología híbrida hace 20 años y hoy ocupa los primeros puestos de todas las listas de ventas.
Estaba claro que, con semejantes elementos en la ecuación, todo iba a ir sobre ruedas. La temporada comenzó casi de forma perfecta, con un podio en la primer cita del año, el Rally de Montecarlo. La siguiente cita del calendario, el Rally de Portugal, fue la única que no terminó el piloto madrileño, que desde ese momento no se bajó del podio salvo en la tercera carrera del mundial, el Rally Safari.
Una vez regresaron de África, Sainz y su Toyota Celica GT-Four sumaron otras cuatro victorias, tres segundos puestos y una tercera plaza, siempre en dura pugna con su gran rival Didier Auriol. Después de ser segundos en el Rally de Córcega, el dúo Toyota-Carlos Sainz se apuntó dos victorias consecutivas, en el Rally Acrópolis, en Grecia, y en el Rally de Nueva Zelanda.
Sainz alcanzó una respetable segunda plaza en el Rally de Argentina y se alzó con una histórica victoria en el Rally 1.000 Lagos de Finlandia. Si hacéis memoria, probablemente también recordéis que en aquél momento Carlos Sainz fue el primer piloto no escandinavo en lograr el triunfo en esta prueba. Además, su gran rival tuvo que abandonar durante esta prueba.
Un nuevo segundo puesto en Australia situó al Toyota Team Europe (TTE) en la mejor posición para afrontar el Rally San Remo y lograr allí el título de la mano de Sainz, Moya y su Celica GT-Four. Dominaron la prueba de principio a fin, pero en el último tramo cedieron el liderato a Auriol tras un pequeño error, nada reseñable a la postre.