Más de 100 años de diseños futuristas, suspensiones regulables y ruedas traseras carenadas han servido para percatarnos de que la marca de los dos chrevrones, contra todo pronóstico, es una auténtica historia de éxitos. Andre Citroën, su fundador, es un fiel reflejo de la marca, un genio visionario que nació y creció en una época en la que todo sonaba a progreso.
Hombre no solo de negocios, sino también de marketing, contribuyó en el estrechamiento de la relación entre esta ciencia y la automoción, además de implantar grandes tecnologías en el mundo del automóvil. La gran mayoría de ellas llegaron al mercado en forma de vehículos de producción, algunos de ellos realmente míticos, mientras que otras quedaron en el olvido.
Cuando hablo de Citroën, recuerdo con especial cariño el Citroën Xantia de color rojo que tenía mi padre. Lo cierto es que es un gran modelo de la década de 1990. Puede que te gustara más o menos a nivel estético, pero fue todo un súper ventas (más de 1,2 millones fabricados entre 1993 y 1997) y, además, logró un récord que poca gente recuerda.
Y lo mejor de todo es que ese récord todavía lo mantiene a pesar de los grandes deportivos de élite que existen en la actualidad. Teniendo en cuenta lo especial que es el Xantia dentro de la historia de la compañía gala y el auge que los SUV y los modelos de corte crossover están experimentando en nuestro días, hoy vamos a viajar casi tres décadas atrás en el tiempo.
Más concretamente, nuestro protagonista de hoy es el Citroën Xantia Break Buffalo 4×4 de 1996, un «bicho raro» que, por desgracia, nunca llegó a ver la luz. Para poneros en contexto, a finales de los años ochenta Citroën comenzaba a proyectar el sustituto del Citroën BX, el que fuera el modelo con suspensión hidroneumática más exitoso hasta la fecha.
Hablamos de una época complicada, pues era necesario plantar cara a berlinas de la talla del Renault Laguna o el Ford Mondeo. Diseñado por Bertone y presentado en Sevilla en 1993, el Xantia es de esas berlinas que, junto al Citroën XM, fue concebida ya bajo el paraguas de Peugeot. Pese a su diseño distinguido y de formas ahusadas, presentaba una estética alejada de las formas del DS.
En realidad, era una berlina de estilo sobrio y conservador, pero abandonaba las denominaciones de una consonante seguida de una equis habituales para dejar entrever la idea de una nueva era en la marca. La versión familiar del Xantia, que fue desarrollada, industrializada y fabricada por Heuliez, llegó apenas dos años después de la berlina, en 1995.
El Citroën Xantia Break fue la última colaboración entre la firma chevron y el carrocero Cerizay para la producción de un modelo en serie.
Sobre la base de este modelo nació en 1996 el Citroën Xantia Break Buffalo 4×4, desarrollado en colaboración con el grupo FFD-Ricardo. Los detalles exteriores y la calidad de los materiales y el equipamiento del habitáculo -piel de búfalo, lana, cachemira…- pusieron de relieve los esfuerzos de Heuliez por ofrecer un posicionamiento más exclusivo y una imagen de marca de lujo.
El prototipo de Heuliez empleaba el sistema permanente de tracción a las cuatro ruedas de Ricardo, con un diferencial de deslizamiento limitado central y un acoplamiento viscoso. Sí, es posible que Ricardo te suene por sus transmisiones para el Ford GT o el Jaguar XJ220, pero esta compañía también es muy famosa por sus sistemas empleados en el mundo de los rallies.
El modelo alcanzaba los 4.66 metros de largo, 1.46 metros de alto y 1.79 metros de ancho.
Con ello quiero decir que el Citroën Xantia Break Buffalo 4×4 era una auténtica perita en dulce. Además, estaba equipado con la legendaria suspensión autonivelante Hydractive y un bloque turbodiésel de cuatro cilindros, 2.1 litros y 115 CV. El resultado fue un lujoso y polivalente familiar francés de aspecto crossover que declaraba un peso total de 1.485 kilogramos sobre la báscula.
El motor diésel del Citroën Xantia Break Buffalo 4×4 estaba asociado a un cambio de 5 velocidades y tenía un sistema antirrobo codificado.
Por desgracia, en Heuliez no lograron convencer a los responsables de la toma de decisiones de Citroën para que el Xantia Break Buffalo 4×4, que estaba llamado a convertirse en sucesor del marginal BX 4×4, llegará finalmente al mercado. Y es una pena, porque unos años después el Audi Allroad demostró que había público para este tipo de modelos.
Tan solo se produjo una unidad del Buffalo 4×4, con VIN HZ1987-1, que podía matricularse sin ningún tipo de problema. Se puso a la venta el 7 de julio de 2012 en Artcurial. Anunciado en excelentes condiciones, pero no registrado, solo mostraba 2 kilómetros en el odómetro. Finalmente se vendió por 11.914 euros, un precio por debajo del estimado incialmente.