Muchos de vosotros seguro que recordaréis con gran cariño la gloriosa década de los ’80, especialmente los amantes del automovilismo. Fue una gran época no solo en el mundo de los rallies, sino también de los vehículos de producción (aunque los primeros años de la década de 1990 tampoco se quedaron cortos). Un momento de la historia en el que nacieron joyas como el Peugeot 205 GTi.
En general, la historia del Peugeot 205 está repleta de éxitos deportivos y comerciales. Sobre todo, gracias al legendario GTI, con versiones que hicieron que los automovilistas redescubrieran el concepto de deportividad gracias a una carrocería muy ligera impulsada por un motor de mayor capacidad cúbica, como lo había hecho más de cuarenta años antes el 402 B Ligero.
Lo cierto es que el Peugeot 205 ayudó a transformar la imagen de la firma gala. Le dio una vocación más moderna y dinámica, que contrastaba con la imagen tradicional y conservadora de la marca por sus berlinas de gama media. Más allá del GTi en las calles, el sello deportivo del 205 se demostró en terrenos tan exigentes como el Mundial WRC o el Rally Dakar con el Peugeot 205 T16.
El Peugeot 205 GTi
Su artífice, Gérard Welter, supo imponer su sello y su amor por las prestaciones y la competición en un automóvil que ya es leyenda. Diseñador y jefe de una escudería de vehículos para carreras de resistencia desde 1969, con un récord de velocidad en las 24 Horas de Le Mans aún vigente, el estilo del 205 se prestó perfectamente a interpretaciones deportivas que han creado escuela en la marca.
Hoy día, el Peugeot 205 GTi es todo un mito para los aficionados a los automóviles deportivos. De hecho, se trata de uno de los vehículos más reconocidos y reconocibles de la marca del León. Su lanzamiento no se hizo esperar: llegó al mercado en marzo de 1984. Apenas un año después del lanzamiento del modelo. Era todo un concentrado deportividad en dimensiones compactas.
Estaba pensado para conductores ávidos de sensaciones, pero que buscaban la discreción de un modelo de gran venta. Su motor de 105 CV, combinado con un bajo peso, aseguraban emociones fuertes. Hemos de tener en cuenta la época. A mediados de los años 80, el segmento de los automóviles urbanos compactos estaba inmerso en una auténtica “carrera de armamentos”.
Todas las marcas competían por ofrecer el mayor número de caballos en el vehículo con menor peso y dimensiones. En el momento en el que el 205 GTi llegó a las carreteras, los ingenieros de Peugeot ya estaban trabajando en versiones más potentes. El problema es que tardarían aún un par de años en saltar de los planos a la realidad. Más concretamente, en 1987 aterrizó la segunda entrega del 205 GTi.
Lo hizo con dos motorizaciones: 1.6 GTi, que llegaba a los 115 CV y que destacaba por su carácter alegre y su capacidad de reacción; y el 1.9 GTi, que alcanzaba los 130 CV. Además de por su potencia, estas dos versiones se diferenciaban por detalles como los frenos de disco en las cuatro ruedas o la tapicería parcialmente en cuero. Incluso vimos una versión descapotable diseñada por Pininfarina, el Peugeot 205 CTi.
Dos ediciones muy especiales del 205 GTi
Antes de la llegada de la segunda generación, los responsables de Peugeot hicieron de la necesidad virtud y pensaron en el modo más rápido de ofrecer una versión aún más vitaminada del GTi, con el sello oficial de la marca y el respaldo y la garantía de su división de competición, Peugeot Talbot Sport (PTS). La solución era ofrecer un kit específico a los más exigentes.
Como en el Peugeot 505 Turbo Injection, el cliente compraba el automóvil con las prestaciones originales y se ponía a su disposición un kit para alcanzar los 125 CV. Se debía instalar en un taller especializado y homologar ante las autoridades. Así surgió un auténtico “Santo Grial” para los fanáticos del 205. Codiciado, pero desconocido para muchos: el Peugeot 205 GTi Kit PTS 125.
En el enlace puedes leer todos los detalles de ese modelo tan especial. Aquí nos centraremos en otra de las joyas de la corona, el Peugeot 205 GTi Plus. En enero de 1990 nacvía esta serie especial, disponible con los motores 1.6 115 CV y 1.9 130 CV, siendo el más vendido el segundo de ellos. Se trataba de una versión especial que combinaba deportividad con un cierto nivel de lujo en el interior.
Diseñado solo para unos pocos mercados, buscaba atraer a una clientela más sofisticada, para lo cual hacía gala de unos acabados más cuidados, un único color de carrocería Verde Sorrento metalizado y un equipamiento interior propio de un coche de un segmento superior, con dirección asistida y aire acondicionado. En el enlace del modelo te contamos en detalle su historia.