Probablemente, nunca antes habíamos dado una noticia tan triste relativa al cierre de una marca y es algo que merece la pena recordar, sobre todo porque hablamos de una marca mítica cuyos modelos -que aún pueden verse rodar por las carreteras- son pura historia.
La desesperación y la tristeza llegaron a Trollhättan hace hoy justo 10 años. Sí señores, ¡cómo pasa el tiempo!. El 18 de Diciembre de 2009, General Motors anunciaba el cierre definitivo de la fábrica de Saab.
Nada menos que 3000 empleados de esa localidad perdieron aquel fatídico día su trabajo y ojo, porque hablamos sólo de Suecia, aquí en nuestro país fueron menos pero entre ellos encontrábamos a algunos amigos.
Cuando la noticia llegó la tarde de aquel viernes 18 de Diciembre todos nos quedamos bastante fríos y a día de hoy, tras el anuncio de la bancarrota muchos siguen igual de fríos y no han recibido su último salario o finiquito.
Aunque la marca siguió dando bandazos, no fue hasta unos años después cuando la marca tuvo que declararse en bancarrota. En una escueta nota de prensa, la emblemática marca sueca Saab Automobile, anunciaba que se declaraba en bancarrota ante el Tribunal del distrito de Vänersborg, Suecia. Hecho que se venía barruntando tras la paralización, meses atrás, de sus líneas de ensamblaje y de su suspensión en bolsa.
La última estocada también fue propiciada por General Motors, su anterior propietario. El hecho de mantener hasta aquel entonces las licencias sobre productos de Saab le permitió vetar la adquisición de la marca sueca por nuevos inversores chinos para que su tecnología no fuera vendida en el país asiático.
A pesar de que GM nos dejó con las ganas de más Saab, no todo está perdido, pues aunque la firma sueca no siga fabricando nuevos vehículos siempre quedarán en nuestro recuerdo muchos de sus míticos modelos. Como ya sabéis, Saab nació originalmente como una empresa dedicada a la fabricación de aviones, pero poco a poco comenzó a diversificar sus producciones y a finales de la década de 1940 se constituyó la división de automoción, Saab Automobile de la cual os dejamos algunas de las que creemos, son sus obras maestras…
Ursaab (1947)
Génesis es quizá la palabra que mejor describe el Ursaab. También conocido como Proyecto 92 o X9248, Saab construyó cuatro prototipos de este modelo. Lo que Saab había aprendido de sus primeros pasos como fabricante de automóviles se transformó en el Saab 92, el primer vehículo de producción de la compañía de automóviles sueca. ¿Y por qué Proyecto 92? Pues bien, la fábrica de Trollhättan (Suecia) construyó dos aviones de pasajeros durante la Segunda Guerra Mundial, bautizados como 90 y 91, respectivamente, por lo que su siguiente proyecto recibió este «original» nombre.
Como el mercado sueco estaba inundado de motocicletas, camiones y coches de gran tamaño al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Saab decidió que lo mejor que podía crear era un coche pequeño y asequible. Este era el objetivo del Proyecto 92 y el posterior Saab 92, iniciándose su producción en serie en diciembre de 1949. Además, el Ursaab lucía orgulloso un coeficiente aerodinámico de Cd 0,32, lo que resulta realmente impresionante para 1947 (por ejemplo, un Ferrari F40 posee un coeficiente de 0,34). Y todo ello teniendo en cuenta que los 16 ingenieros que llevaron a cabo el proyecto no tenían experiencia previa en el mundo de al automóvil. Es más, ¡solo dos de ellos tenían siquiera el permiso de conducir!
Saab 93 (1956 – 1960)
Después de recorrer más de 530.000 kilómetros con el Ursaab, el fabricante de automóviles sueco comenzó a producir el Saab 92 en 1949. Tras este, Saab anunció el 93 en agosto de 1955 como una profunda actualización de su predecesor, comenzando su fabricación en 1956. Equipaba un motor de tres cilindros de 748 cc con una potencia de 33 CV que estaba montado longitudinalmente, y estéticamente lucía un frontal, unas parrilla de radiador y un sistema de suspensión totalmente nuevos. Además incorporaba los innovadores neumáticos sin cámara, por lo que era bastante superior al Saab 92.