El Dodge Challenger, tal y como lo conocemos, está llegando a su fin. Es por ello que la marca está celebrando su despedida al más puro estilo Dodge: con siete versiones especiales ‘Last Call’ y el regreso de un arcoíris de colores clásicos. La última entrega es el Dodge Challenger Black Ghost que, como el Challenger Shakedown, llegará al Viejo Continente.
Habrá solo 300 ejemplares para el mundo. Desde que se lanzó el Charger moderno en 2005, la planta de ensamblaje de Brampton (Ontario, Canadá) ha fabricado más de tres millones de vehículos Dodge, lo que representa más de mil millones de caballos de potencia. Ahora, estamos ante el final de una era y el comienzo de un nuevo y brillante futuro electrificado, o al menos eso dicen…
Según la marca, se seguirán manteniendo fieles a su ADN y a lo que han venido ofreciendo a lo largo de la historia. Pese a ello, para rendir homenaje a la larga y legendaria historia del Dodge Challenger, estos siete modelos están influenciados por el legado histórico del fabricante. Cada modelo comparte una conexión con un modelo icónico de Dodge del pasado.
Los secretos del Dodge Challenger Black Ghost
La historia del el Dodge Challenger Black Ghost se remonta a los albores de la era de los muscle cars en las décadas de 1960 y 1970. Como en sus hermanos de la ‘Last Call’, los gráficos que aparecen en la cubierta del vehículo ofrecen pistas sobre la identidad secreta del modelo en el que se inspiran. En este caso, el Dodge Challenger RT SE de 1970, propiedad de Godfrey Qualls.
Es famoso por las carreras clandestinas de Detroit y cuenta con diversos elementos distintivos que le diferencian de sus hermanos. Por ejemplo, la pintura negra con una franja en blanco y un techo de vinilo imitando la piel de caimán. Destacan las llantas Satin Carbon Warp Speed de 20 pulgadas, los pasadores negros Mopar en el capó y los frenos Brembo con pinzas negras.
Dodge también ha equipado el modelo con nuevas insignias en los guardabarros y el alerón, una parrilla distintiva y una insignia Midnight Metallic SRT. En el interior son protagonistas un volante forrado en Alcantara con logotipo SRT rojo, elementos de fibra de carbono, un revestimiento del techo propio, asientos de cuero en Alcantara/Laguna y nuevos refuerzos en las puertas.
Bajo el capó, el Dodge Challenger Black Ghost se basa en el SRT Hellcat Redeye Widebody. Eso significa que al buscar en sus entrañas nos encontraremos con un motor V8 sobrealimentado de 6.2 litros que genera 797 CV (586 kW) y 959 Nm de par máximo. Está asociado a una transmisión automática de 8 velocidades que envía toda la potencia a las ruedas traseras.