Si pensamos en un automóvil con motores en ‘W’, seguramente lo primero que nos venga a la cabeza sea el Grupo VAG. De sus fábricas han salidos los poderosos bloques W16 de los Bugatti Chiron y Veyron; así como los icónicos W12 de las grandes berlinas de lujo. Sin embargo, todos ellos tuvieron un predecesor que vio la luz en el Volkswagen W12 Concept Coupé.
No fue hasta 1998 cuando el Grupo Volkswagen se hizo con tres grandes marcas de nicho. Hablamos de Bentley, Lamborghini y Bugatti. Dada la situación de quiebra en la que se encontraban estos tres fabricantes a finales de la década de los ’90, el gigante automovilístico alemán vio una gran oportunidad de enriquecer su cartera de productos.
La dirección de Volkswagen tenía grandes planes para cada una de estas compañías. Su compra no fue por razones oportunistas, Volkswagen llevaba ya un tiempo queriendo meter la cabeza en el segmento premium. Buena prueba de ello era el Volkswagen W12 Concept Coupé que debutó en el Salón Internacional del Automóvil de Tokio en 1997.
Si bien es cierto que nunca llegó a la línea de producción, logró romper varios récords mundiales de velocidad durante las pruebas. De hecho, la culpa de que nunca viera la luz esta locura de deportivo la tuvo la compra de las tres marcas antes mencionadas. El W12 era tan bueno que podía canibalizar a los deportivos más exclusivos de la casa.
Volskwagen W12 Syncro y Roadster
El primer prototipo de este particular deportivo que vió la luz en Tokio fue bautizado como Volskwagen W12 Syncro. Lucía un llamativo color amarillo en su carrocería y su diseño era obra de Italdesign, de Giorgetto Giugiaro. Un año después, en el Salón de Ginebra de 1998, la firma germana nos sorprendió con la variante a cielo abierto, el Volkswagen W12 Roadster.
Se distinguía del Coupé por la ausencia del techo y el esquema de tracción. Enviaba toda la fuerza al eje trasero. Tambioén sufrió cambios el color de la carrocería, que pasó a ser rojo intenso. Ambos compartían unas dimensiones de 4.400 mm de largo, 1.920 mm de ancho y 1.100 mm de alto. La distancia entre ejes alcanzaba los 2.530 mm.
El motor se ubicaba en posición trasero-central longitudinal.
Debajo de la elegante carrocería del superdeportivo había originariamente un W12 de 5.6 litros. Este se creó combinando dos de los motores VR6 de 2.8 litros de Volkswagen en un cigüeñal común. El motor bombeaba 420 CV (309 kW) de potencia y 530 Nm de par. Se transmitían a las cuatro ruedas a través de una caja secuencial de seis velocidades y un sistema de tracción total Syncro.
En aquel entonces, Ferdinand Piech se encontraba inmerso en los inicios del Volkswagen Phaeton. La lujosa berlina llegó a la cadena de montaje cuatro años más tarde. Gracias a él se dio luz verde al desarrollo de una versión de producción del motor equipado en el Volkswagen W12.
Aún más potencia: el Volkswagen W12 Nardò
Durante los siguientes tres años, Volkswagen siguió desarrollando el W12 Concept Coupé. Para la tercera entrega, bautizada como Volkswagen W12 Nardò, abandonó el sistema de tracción total. Lo reemplazó por una configuración de tracción trasera. El motor también se amplió a 6.0 litros y se ajustó para producir 600 CV (441 kW) y 621 Nm de par máximo.
Fue presentado nuevamente en el Salón del Automóvil de Tokio, en 2001. Presumía de una atractiva carrocería en naranja brillante y pesaba solo 1.200 kg. Gracias a ello era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos. La velocidad punta era de más de 350 km/h. Se convirtió entonces en uno de los concept cars más rápidos en el mundo.
Obra de Charlie Adair, Volkswagen quiso batir algunos récord con él. Para ello la firma alemana se dirigió al famoso circuito de Nardò en Italia, en octubre de 2001. Durante una carrera de alta velocidad de 24 horas, el deportivo registró una velocidad promedio de 295 km/h. Recorrió 7.084 kilómetros.
Volkswagen W12 Record: a por 7 títulos
Tiempo después, el 23 de febrero de 2002, los ingenieros de la marca volvieron a la carga. Para ello desarrollaron una versión más extrema del modelo, el Volkswagen W12 Record. Con una carrocería en negro y un chasis de fibra de carbono, se logró reducir el peso del motor a solo 239 kg. El objetivo era analizar y probar la solidez del chasis y la mecánica; así como la fiabilidad del motor.
En esta ocasión, el Volkswagen W12 cubrió 7.740,576 kilómetros a una velocidad promedio de 322,891 km/h. Había batido todos los récords de velocidad establecidos en Nardò unos meses antes. A lo largo de su trayectoria, el Volkswagen W12 se hizo con nada menos que siete récords mundiales y 12 récords de clase internacional relacionados con la distancia y el tiempo.
Por aquel entonces, el Grupo Volkswagen ya había anunciado oficialmente el Bugatti Veyron 16.4.
En 2002, Volkswagen se planteó sacar el modelo de producción con una serie limitada de 150 unidades hasta 2004. Incluso se empezó a hacer el estudio de viabilidad para lanzar los primeros modelos preserie. Llegados a este punto y, a pesar de que la entrada en producción del W12 era totalmente factible, el jefe de la compañía no dio el consentimiento para llevar a cabo el proyecto.