En la actualidad, el Maserati Quattroporte no es el modelo más demandado de la firma del tridente, pero en la década de los 2000 fue un modelo realmente importante para las ventas de la compañía. Un automóvil al que el fabricante italiano ha querido rendir homenaje estos mismo día con motivo de su 60 cumpleaños. Sí, así es, quizá no lo sabías, pero el Quattroporte lleva seis décadas entre nosotros.
Corría el año 1963, concretamente un 30 de octubre, cuando el Salón del Automóvil de Turín -por aquél entonces uno de los mayores eventos automovilísticos del mundo- abrió las puertas de su 45ª edición. Aquel día, en el stand de Maserati, hacía su debut el Quattroporte, una berlina de lujo destinada a marcar los caminos de seis generaciones de conductores.
Un evento lleno de grandes éxitos para la marca de Módena, que celebra una de las mayores expresiones de la producción del Tridente. Desde los saltos estilísticos hasta las innovaciones y los desarrollos técnicos -todas ellas características esenciales de un automóvil que ha atravesado con éxito dos siglos-, Quattroporte encapsula en un viaje a una de las partes más exclusivas del automovilismo.
Un poco de historia de la marca
Officine Alfieri Maserati fue fundada por Alfieri Maserati el 1 de diciembre de 1914 en Bolonia, Italia. Curiosamente, el diseño de su logotipo se encargó en 1920 al único de los cuatro hermanos que no sentía una verdadera pasión por los motores, sino por el arte, Mario Maserati. Este se inspiró en la estatua de Neptuno que luce en la Piazza Maggiore (Plaza Mayor) de Bolonia desde el siglo XVI y cuyo tridente simboliza fortaleza y vigor.
Desde entonces y, durante más de un siglo, la compañía ha logrado numerosos logros, tanto en la carretera como en la pista, pues Maserati siempre ha jugado un papel importante en la historia de los coches deportivos y en su desarrollo. Aunque comenzó siendo una marca local, actualmente podemos hablar de una marca global que opera en más de 70 mercados.
En 1937 la compañía fue adquirida por el empresario italiano Adolfo Orsi, quien supo aunar en los modelos producidos lujo, confort y potencia a partes iguales. El inicio de la década de 1940 es otra de las etapas más importantes de la firma italiana, pues ese mismo año se relocalizó la empresa desde Bolonia hasta las actuales instalaciones en Viale Ciro Menotti, Módena.
En 1968 la compañía volvió a cambiar de manos, esta vez a las de Citroën, que a su vez la vendió en 1975 a un consorcio administrado por el ex piloto de Fórmula Uno argentino Alejandro de Tomaso. Este, con la colaboración del diseñador Ghia, creó algunos de los automóviles más interesantes de todos los tiempos cuyos nombres fueron tomados de famosos vientos de África y Asia, tales como el Ghibli, el Khamsin, el Bora, el Kyalami y los modelos biturbo, entre otros.
En 1993 Maserati fue nuevamente vendida, en esta ocasión a la empresa italiana Fiat S.p.A., a la cual todavía pertenece. Las ventas de la marca comenzaron a crecer exponencialmente desde 2004 gracias a la demanda del Maserati Quattroporte, pero el verdadero impulso lo ha recibido gracias a los modelos más actuales que componen su gama, tales como el Maserati Levante, el Maserati Grecale y, especialmente, el Maserati Ghibli, ya que el Maserati Gran Turismo es más bien un modelo de nicho que de masas.
Los hitos del Maserati Quattroporte
Maserati define el Quattroporte como una berlina deportiva de lujo y, desde luego, razón no les falta. Quizá no es el modelo que más verás por las carreteras, pero como tantos modelos icónicos que han sido un símbolo de su tiempo, desde su debut a principios de la década de 1960, el Quattroporte ha sido aclamado por muchos y ha inspirado a generaciones sucesivas.
Hablamos de un producto que ha sabido reinventarse sin miedo e ir más allá de los límites. Un automóvil fiel a la búsqueda de la excelencia en el diseño y las prestaciones, reflejo de una marca que, con más de un siglo de historia y más de 75.000 Quattroporte producidos, ha sabido crear un modelo que no deja de innovar, mientras que se mantiene atemporal a lo largo de los años.
La primera generación del Quattroporte fue pionera, con su rugiente motor de 8 cilindros derivado de las carreras, realzado por un diseño dinámico pero elegante, y por supuesto sin olvidar el refinamiento de los interiores. A lo largo de los años, se fue posicionando en la mente de los clientes más exclusivos como una verdadera sala de estar en movimiento, una limusina con espíritu de carreras.
Hemos de tener en cuenta que la versión inicial podía alcanzar los 230 km/h, que no era cualquier cosa en los ’70. Era, además, un automóvil majestuoso por sus acogedores espacios, su encanto regional y su perfecta representación de coche institucional. En el proyecto a lo largo de los años han trabajado grandes nombres: Frua trazó la curvatura inicial, seguido por otros maestros del calibre de Bertone, Giugiaro, Gandini y Pininfarina, hasta el Maserati Centro Stile, hogar de la última y actual generación del Quattroporte.
Mientras tanto, para toda una familia de ingenieros, mecánicos, pilotos de pruebas y diseñadores que lo llevan de los planos a la carretera, el Quattroporte ha sido y sigue siendo una de las joyas de la corona del Tridente y un hito importante en la vida de todos lo que forman parte de la marca de Módena. Haciendo un repaso por las diferentes generaciones, recordamos la llegada de la primera generación (1963 – 1969) como un rayo salido de la nada.
En el caso de la segunda generación (1974 – 1978), podría hablarse de un reto más audaz y quizás no tan memorable. Los famosos Quattroporte III (1979 – 1988) en manos de De Tomaso fueron un éxito rotundo; pero también se le recuerda en su cuarta entrega (1994 – 2000) como un nuevo reto que se superó plenamente hacia finales de la intensa década de 1990.
Un modelo que rompió lazos con el pasado sin dejar de ser fiel a su fórmula ganadora, como lo hizo la multipremiada quinta generación de 2003; o como el que ha vuelto a subir al escenario en su versión más moderna desde 2013 tantos años después, tras todo el restyling, los avances en la ingeniería, los cambios en la estructura corporativa y los innumerables modelos producidos. la berlina por excelencia que ha conservado su Potente enfoque de exclusividad, por encima de todo.
En los garajes de los automovilistas más exigentes, de reyes y príncipes, en escenas de películas memorables (habiendo participado en más de 60 producciones), fotografiado en alfombras rojas o acompañando a los funcionarios de más alto rango en solemnes eventos y a las personalidades más importantes de la industria, el Quattroporte fue un pilar del panorama automovilístico en el siglo XX y sigue siéndolo en el nuevo milenio.