Al margen del fin de semana de Fórmula 1 en Shanghái, Mercedes-AMG ha desvelado el nuevo modelo superior de su serie GT. Hablamos del poderoso Mercedes-AMG GT 63 S E Performance, que llega con tecnología heredada de la competición, un diseño algo discreto y una mecánica híbrida enchufable que promete quitarnos el hipo. No tiene ningún sentido, pero nos encanta.
Se trata de la cuarta incorporación a la familia AMG GT, sumándose a los GT 53 y 63 con motor V8, así como el GT 43 de cuatro cilindros. A nivel estético, no tiene nada que ver con el radical GT R que en su día había en la gama. Comparte el paquete de carrocería con las versiones de motor V8, sumando el puerto de carga en el paragolpes trasero y la insignia E Performance en las aletas delanteras.
De serie cuenta con elementos de aerodinámica activa en la parte inferior del frontal y un alerón en la zaga, convenientemente ajustados a su mecánica híbrida enchufable. Tampoco hay grandes novedades en el interior, donde tenemos asientos deportivos AMG eléctricos, con calefacción y masaje, gráficos específicos en el sistema MBUX y un amplio abanico de opciones de personalización.
Como buque insignia de la gama, sí que viene equipado de serie con una gran cantidad de elementos orientados al rendimiento. Estas incluyen la suspensión AMG Active Ride Control con estabilización de balanceo semiactiva, dirección del eje trasero, frenos carbocerámicos y ocho modos de conducción en el AMG Dynamic Select –EV, Battery Hold, Confort, Resbaladizo, Sport, Sport+, Race e Individual-.
En las entrañas del Mercedes-AMG GT 63 S E Performance
En sus entrañas, el Mercedes-AMG GT 63 S E-Performance cuenta con el motor V8 biturbo de 4.0 litros, que funciona junto con un motor eléctrico síncrono de 150 kW (204 CV) y excitación permanente ubicado en el eje trasero, en una transmisión de dos velocidades. Tampoco falta un diferencial trasero de deslizamiento limitado controlado electrónicamente.
En conjunto, el Mercedes-AMG GT 63 S E Performance genera la friolera de 816 CV (600 kW) de potencia y 1.420 Nm de par máximo. El automóvil también cuenta con un generador de arranque accionado por correa con 14 CV. La potencia se transmite a las cuatro ruedas a través del sistema AMG Performance 4Matic+ totalmente variable, facilitado por una caja de cambios AMG Speedshift MCT 9G.
Con ello han conseguido crear un paquete de baterías potente, pero liviano. La batería de 6,1 kWh inclina la balanza a 89 kg y ofrece 70 kW de potencia continua y 150 kW de potencia máxima. Pensemos que el GT 63 declara una autonomía eléctrica de poco más de 10 kilómetros, por lo que no es suficiente ni para conseguir el distintivo ambiental CERO de la DGT.
Eso sí, es más rápido que el GT Black Series Coupé, pues declara un 0 a 100 km/h en solo 2,8 segundos y tarda menos de 10 segundos en alcanzar los 200 km/h. La velocidad máxima es de 320 km/h. El vehículo se entrega con un cargador de CA integrado de 3,7 kW y, según AMG, ha sido diseñado para una entrega de energía rápida.