Estábamos en agosto de 2019 cuando la startup de Silicon Valley, Drako Motors, nos habló y mostró ligeramente su primer automóvil de producción, el Drako GTE. Han tenido que pasar más de tres para que la compañía norteamericana vuelva con un segundo modelo de producción. Eso sí, menudo modelo, porque el Drako Dragon no te va a dejar indiferente.
Como puedes ver, se ubica a medio camino entre un Tesla Model X y un Lamborghini Urus por diseño. Sin embargo, se asienta sobre un chasis monocasco de fibra de carbono y en sus entrañas esconde un tren motriz de cuatro motores que produce unos monstruosos 2.000 CV. La idea de la compañía es hacer las primeras entregas en 2026.
El Drako Dragon tiene un precio de partida de 290.000 dólares estadounidenses, una cifra bastante razonable en comparación con su GTE de 1,25 millones de dólares. El súper SUV ya se puede reservar por 500 dólares, salvo que desees la First Edition, de la que solo habrá 99 ejemplares cuya reserva cuesta 5.000 dólares. Prevén fabricar 5.000 ejemplares al año.
El Drako Dragon es aparentemente sensacional
El Drako Dragon es un SUV de 5.054 mm de largo, 2.057 mm de ancho y 1.600 mm de alto. Ha sido diseñado por Lowie Vermeersch y su equipo GranStudio en Italia. Destacan sin duda alguna las dos grandes puertas de ala de gaviota, una línea de techo de estilo cupé, las llantas de aleación de 23 pulgadas y una aerodinámica agresiva que incluye un orificio en la parrilla.
En el interior hace gala de un total de cinco plazas. Preside el salpicadero una enorme pantalla táctil de 17,1 pulgadas para el infoentretenimiento. Se complementa con un grupo de instrumentos digitales más pequeño, dos pantallas para las cámaras que reemplazan a los espejos retrovisores y dos tabletas de gran tamaño en los respaldos de los asientos delanteros.
Pero el plato fuerte está bajo el capó, pues el Dragon es «el SUV de hiperlujo de producción más potente y veloz de la historia«. Pese a sus 2.254 kg de peso, los 2.000 CV de potencia le permiten pasar de 0 a 100 km/h en 2 segundos. Es capaz de recorrer el cuarto de milla en apenas 9 segundos y de alcanzar los 322 km/h. La batería brinda 676 km de autonomía estimada.
Además, se puede cargar a potencias de hasta 500 kW. La suspensión adaptativa cambia la distancia al suelo según el modo seleccionado: 163 mm en Tarmac, 213 mm en Cruise y hasta 315 mm en Overland. Los discos cerámicos de carbono miden 420 mm con pinzas de diez pistones en la parte delantera y 410 mm con pinzas de seis pistones en la parte trasera.