Seguro que recuerdas el Dodge Challenger SRT Demon. El modelo se ganó hace apenas unos años su lugar en los libros de historia como el muscle car más poderoso del mundo. Equipado con un motor V8 de 6.2 litros sobrealimentado, erogaba 851 CV (626 kW) para establecer un nuevo récord en el cuarto de milla. Además, se trataba del V8 de producción más potente.
Hasta hace poco, el Dodge Challenger SRT Demon era único. Sin embargo, la firma norteamericana quiso despedirse del Challenger y abrazar un futuro electrificado marcando un nuevo hito en la historia. Gracias a ello nació el Dodge Challenger SRT Demon 170, una bestia de más de 1.000 CV de serie del que solo habrá 3.300 ejemplares. Y ojo, porque este es aún más único.
El Dodge Challenger SRT Demon 170 solo se ofrece en formato coupé, pero Drop Top Customs, un especialista del mercado de accesorios del automóvil ubicado en Florida, ha hecho de las suyas. El resultado es un Demon 170 a cielo abierto cuya conversión ha sido aprobada por la propia Dodge. Este preparador no tiene límite de producción, pero la conversión más asequible es de 24.000 dólares.
Por ese precio, Drop Top Customs recorta el techo y añade refuerzos de aluminio para mantener la resistencia de la carrocería. También suman una capota de lona de funcionamiento eléctrico que se guarda en el espacio de carga, donde se realiza una mayor personalización. Esta unidad que ves en Pitch Black con un interior Demonic Red se ha vendido por 242.000 dólares.
Los cambios en el Challenger SRT Demon 170
A nivel estético no hay grandes cambios en el Demon 170, salvo por los diversos elementos específicos propios de la edición especial. Cosa distinta ocurre bajo la piel, donde descubrimos algunos trucos bajo la manga. Entre ellos se encuentra el TransBrake 2.0, una versión nueva y mejorada del sistema que debutó en el Demon original; el SRT Power Chiller o la suspensión remozada.
Y por supuesto, la mecánica. El motor V8 de 6.2 litros ha sido completamente renovado para deleitarnos con una potencia total de 1.039 CV (764 kW) y 1.280 Nm de par máximo cuando se utiliza combustible E85. Empleando E10, las cifras descienden hasta unos nada despreciables 913 CV (671 kW) y 1.097 Nm de par motor.
A pleno rendimiento, es capaz de completar el 0 a 100 km/h en menos de 2 segundos (0-96 km/h en 1,66 segundos) y de marcar un récord en el cuarto de milla. La NHRA ha certificado 8,91 segundos a 243,28 km/h. Además, tiene la fuerza g de aceleración más alta que cualquier automóvil de producción, a 2.004 g. El motor «comparte ADN» con el bloque Hellephant C170.
Es más, los cambios son tan extensos que Dodge afirma que es casi un motor completamente nuevo. Solo permanece intacto el árbol de levas. Los nuevos componentes incluyen un sobrealimentador de 3.0 litros, que ofrece casi un 40% más de presión de sobrealimentación (21.3 frente a 15.3 psi) que el Challenger SRT Hellcat Redeye Widebody.
La polea del supercargador también ha sido mejorada, mientras que los rieles de combustible y los inyectores son capaces de entregar 621 litros cada hora. Sí, más que una ducha. También hay hay un cuerpo del acelerador de mayor diámetro, válvulas de admisión recubiertas de nitruro, guías de válvula y materiales mejorados, bielas de mayor resistencia, nuevas bujías, una ECU recalibrada…
El V8 está asociado a una transmisión automática mejorada de ocho velocidades que envía la potencia a un eje trasero un 30% más resistente gracias a un aumento del diámetro y el uso de juntas homocinéticas más grandes. Incluye una carcasa que es un 53% más resistente; así como una corona y un piñón más grandes de 240 mm. Están unidos por semiejes traseros de 43 estrías.