La nueva generación del Land Rover Defender ya está aquí. La reinterpretación de un icono para el siglo XXI es inteligente, capaz y segura para toda la familia. No hay otro vehículo igual, aunque claro está, no es aquel Defender indestructible que conocíamos.
Parece resistente porque lo es, aunque luce un diseño práctico y una ingeniería espectacular para seguir ocupando un lugar muy especial en el corazón de los exploradores, las organizaciones humanitarias y las familias más aventureras de todo el mundo.
Aprovechando la buena acogida que está teniendo el nuevo Defender, el especialista del mercado de accesorios del automóvil Lumma Design nos propone hoy una puesta a punto digna del garaje de Need For Speed, en la que no faltan múltiples apéndices aerodinámicos y una interesante actualización del motor.
Apodado como CLR LD, el paquete estético de fibra de carbono consiste en una parrilla delantera revisada mucho más agresiva que la de cualquier Defender convencional, nuevos paragolpes más musculosos en ambos lados, un capó de nueva factura, prominentes faldones laterales y nuevas molduras con iluminación LED sobre el techo.
El marcado difusor integra las cuatro colas del nuevo sistema de escape personalizado. Son de acero inoxidable, lucen un diámetro de 100 milímetros y le aportarán una banda sonora inolvidable al futuro bloque V8 5.0 del Defender, cuya potencia podría alcanzar superar los 600 CV con las modificaciones.
Para darle mayor presencia sobre el asfalto, los pasos de rueda se han ensanchado en 40 milímetros a cada lado y la suspensión se ha elevado en 30 milímetros. En dichos pasos de rueda se esconden unas llantas de entre 19 y 23 pulgadas con múltiples diseños y neumáticos disponibles.
En cuanto al interior, se puede personalizar según los gustos del cliente y la compañía dice que puede atender prácticamente cualquier petición, desde convertirlo en una elegante sala VIP hasta un habitáculo inspirado en la competición.