Ya conocemos la nueva generación del Land Rover Defender y toda su oferta mecánica. La reinterpretación de un icono para el siglo XXI es inteligente, capaz y segura para toda la familia. No hay otro vehículo igual, aunque claro está, no es aquel Defender indestructible que conocíamos.
Parece resistente porque lo es, aunque luce un diseño práctico y una ingeniería espectacular para seguir ocupando un lugar muy especial en el corazón de los exploradores, las organizaciones humanitarias y las familias más aventureras de todo el mundo.
Aprovechando el atractivo del nuevo Defender, el especialista del mercado de accesorios del automóvil Carlex Design está replicando lo que ya hiciera en su día con el Mercedes-Benz Clase X, el cual modificó profundamente en la lujosa y extravagante Racing Green Edition. Según el preparador, esta edición enfatiza el «carácter travieso» del Defender.
La nueva propuesta, que se suma al flamante Land Rover Defender Yatching Edition, integra los aderezos aerodinámicos tradicionales, pero con un toque de color verde inspirado en el British Racing Green y mucha fibra de carbono. Vemos una parrilla rediseñada, unos paragolpes más agresivos, salidas de escape deportivas y unos pasos de rueda masivamente ensanchados.
En ellos se esconden unas generosas llantas de aleación negras cuyos neumáticos lucen detalles en blanco, a juego con las tres franjas de la carrocería. Lo cierto es que el todoterreno presenta un acabado impresionante. Como guinda del pastel, encontramos un capó de nueva factura realmente musculoso. El interior es tan salvaje como el exterior.
Incluye tapizados en marrón para los asientos Recaro Sportster con inserciones verticales, el salpicadero y los paneles de las puertas; detalles en verde, nuevos cinturones de seguridad y un volante completamente remozado. El revestimiento y los pilares son de Alcantara negro, mientras que el salpicadero incluye detalles en fibra de carbono.
El coste de este cambio de imagen para el Defender es de 85.000 euros.