Hay coches cuyas líneas sencillamente son magistrales y pueden ser reconocidos por cualquier persona. Estas siluetas son tan perfectas que apenas han cambiado desde su salida al mercado, como en el caso del Porsche 911. Este quizá sea uno de los automóviles más fácilmente reconocibles del planeta y, aunque hay gente que protesta con el continuismo excesivo, hay una cosa clara en los negocios, si algo funciona, no lo cambies.
Recientemente Porsche nos ha presentado el nueveonce Turbo S de nueva generación, sin embargo, Manhart acaba de completar un proyecto basado en su predecesor, y es innegable que tiene muy buena pinta. Parte de la culpa la tiene el paquete estético del especialista, compuesto por una carrocería en amarillo chillón con vinilos en negro y el logotipo ‘TR 850’, que es el apodo de Manhart para el deportivo.
Las llantas de radios múltiples Levalla LVL 1.1 miden 9 × 21 pulgadas en la parte delantera y 12 × 21 pulgadas en la parte trasera, estando calzadas con gomas Michelin en medidas 255/30 y 325/25, respectivamente. Para rematar el conjunto y hacerlo todavía más dinámico, se han instalado nuevos muelles H&R que rebajan la altura total del modelo en 30 milímetros.
A nivel mecánico, Manhart ha dotado el motor de seis cilindros y 3.8 litros con doble turbocompresor con turbos renovados, nuevos intercoolers, un filtro de aire deportivo y una entrada de aluminio, al tiempo que se ha optimizado el sistema de escape, con control de válvulas, que mejora la banda sonora y aumenta sensiblemente el rendimiento.
Todo ello, junto con un ajuste de la ECU y de la transmisión automática de doble embrague, permite que este 911.2 Turbo S desarrolle la friolera de 850 CV de potencia (625 kW) y 1.090 Nm de par. Gracias a ello, es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en solo 2,4 segundos, recuperando de 100 a 200 km/h en 4,9 segundos y declarando una velocidad punta de 330 km/h.