Poca presentación necesita la quinta generación del Toyota Supra, un automóvil deportivo en su forma más pura, sin compromisos que disminuyan el placer de la experiencia de conducción. Toyota se ha adherido a la forma clásica de un motor de seis cilindros en línea, montado en la parte delantera y a la amplia colaboración de BMW para dar a luz su nuevo deportivo.
Lo mismo ocurre en el interior, donde confort, tecnología y deportividad se dan la mano, todo ello en un envase de corte premium con motivo de la mencionada colaboración con la firma bávara. Es, indudablemente, un gran coche, quizás no tan icónico como la última generación de 1994, pero en todo caso uno de esos pocos deportivos de los que ya no quedan.
Han sido muchos los que han criticado el modelo en los últimos meses, pero pocos han sido los que realmente han visto todo su potencial. Para demostrarlo, HKS ha vuelto a obrar su magia sobre la carrocería del deportivo y nos muestra una nueva versión de drift que ha sido exhibida en vídeo por Hoonigan Auto Focus.
Si bien fue su asociación con Need For Speed y Gran Turismo lo que catapultó la popularidad de HKS, su historia comienza en 1973 al pie del Monte Fuji, en Japón. El deseo de crear piezas de alto rendimiento para vehículos con motor de gasolina fue la base de esta compañía, lo que le permitió expandirse a diferentes mercados globales.
Como se puede ver en las imágenes, este Supra recibe un agresivo paquete de carrocería ensanchado en el que no faltan un alerón de proporciones bíblicas, un segundo spoiler de cola de pato, aletas montadas en los guardabarros o un pronunciado splitter frontal.
El conjunto queda rematado por una actualización de la suspensión cortesía de Hipermax MAX IV SP y Touring-Height Adjustable Spring-DB42, al tiempo que se ha instalado un silenciador dual sin OPF, junto con un Super Air Filter de HKS. Lo mejor de todo es que esta bestia es legal en la carretera.
No hay mención alguna a las novedades mecánicas, pero recordemos que la última creación de HKS contaba con un motor 2JZ-GTE equipado con un kit de rendimiento HKS GTIII-4R. Dicho paquete incrementaba la potencia hasta unos nada despreciables 700 CV y 884 Nm de par.