Mencionar BMW suele implicar hablar de coches, pero hoy vamos a desviarnos ligeramente de la temática habitual para dedicarle unos minutos al curioso proyecto conocido como ‘El Biotop’. Hablamos de la primera montaña subacuática formada por rocas de carbonato cálcico que hace 25 millones de años se encontraban bajo el Mar Mediterraneo y fueron halladas en una cantera a 15 kilómetros de la costa.
Gracias al proyecto de Natural Art Reef, con el que colabora BMW Group España y que cuenta con el apoyo del Port de Torredembarra y con la concesión de la Generalitat de Catalunya a través de la Consejería de Medio Ambiente -además del visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica-, fueron devueltas al fondo marino en Torredembarra (Tarragona) el pasado año.
El Biotop más en profundidad
Esta estructura se posiciona como un centro clave para la investigación marina y, su evolución en tan solo un año, es digna de mención. ‘El Biotop’ ya da cobijo a más de 250 especies en sus aproximadamente 40.000 toneladas de carbonato cálcico ubicada en una superficie de 90 metros de longitud, 60 de ancho y 22 de alto.
Concretamente, BMW Group España aporta al proyecto 10 arrecifes o ‘Biotopos’ que sirven para balizar la montaña subacuática, dar refugio y fomentar la proliferación de las especies. Conozcamos cuáles son los puntos clave de este proyecto:
- Un punto de investigación científica: ‘El Biotop’ es una plataforma multidisciplinaria que facilita estudios científicos y tecnológicos sobre la biodiversidad marina y la restauración ecológica. Por ejemplo, la limpieza mutualista entre el Pez Luna (Mola Mola) y la Chopa; el estudio del mejillón o el crecimiento de la gorgonia ‘Eunicella singularis’, uno de los corales más característicos del Mar Mediterráneo y de los que ya hay un total de 13 de poco más de 1 centímetro.
- Rápida evolución positiva: tras el primer año, se han observado más de 250 organismos diferentes en la estructura. ‘El Biotop’ y los Biotopos proporcionados por BMW Group España, han permitido identificar 147 especies de especial interés para la conservación distribuidas en varias categorías, destacando tres de ellas: 62 especies bioindicadoras, 12 amenazadas y 9 protegidas. Estas especies son clave para evaluar la salud y resiliencia del ecosistema marino.
- Bioindicadores para monitorear la calidad ambiental: las 62 especies observadas son clave en este aspecto. Algunas, como el briozoo Pentapora fascialis y el coral Eunicella singularis, desempeñan funciones ecológicas vitales para el equilibrio del ecosistema.
- Protección de especies comercialmente valiosas, con la prohibición de la pesca en la zona. Entre las especies reproductoras destacan cefalópodos como el pulpo (Octopus vulgaris), calamar (Loligo vulgaris) y sepia (Sepia officinalis), cuyas puestas de huevos han sido registradas durante el año.
- Especies protegidas y amenazadas: La presencia de peces, crustáceos y algas protegidas resalta la importancia de la montaña como un refugio crucial para su conservación. Entre las especies en peligro de extinción se encuentran la raya obispo (Aetomylaeus bovinus) y el atún rojo (Thunnus thynnus).