Las críticas no lograron detener a Rolls-Royce, quien hace ya unos años sacó al mercado su poderoso Cullinan. Se ha convertido en el todoterreno más lujoso del planeta y en una buena base para las creaciones más únicas. Buena prueba de ello es este Rolls-Royce Cullinan hecho a medida con un interior repleto de nácar. Es el regalo de un cliente de la marca a su padre de nada menos que 90 años.
El proceso comenzó a principios de 2022 y ha llevado nada menos que 18 meses de trabajo. No tenemos muy claro si el regalo llegó a tiempo para el cumpleaños del padre, pero está claro que el resultado es espectacular. Sobre todo si tenemos en cuenta que la magnífica pintura Bespoke Pearl Rose exclusiva de este Cullinan precisó hasta 30 intentos antes de quedar perfecta.
El exclusivo Rolls-Royce Cullinan plagado de nácar
Inspirado en la perla más preciada de la aparentemente extensa colección del propietario, cada versión de la pintura se aplicó a un panel de carrocería y luego se envió desde la factoría de Goodwood al cliente para que pudiera comprobar el color bajo el sol del Medio Oriente. Una vez aprobado, se pintó al completo, junto con una única línea aplicada a mano en oro rosa.
En este mismo color lucen el Espíritu del Éxtasis, bañado en oro rosa, y los estribos de los umbrales de las puertas. Saltando al interior, encontramos un tapizado bicolor en el que destaca la piel gris de cachemira. Los asientos traseros van a juego con el tono de los cojines utilizados para presentar perlas a los clientes. Se complementan con mesas en las que hay 1.351 piezas de nácar.
Este material también se emplea en la esfera y el marco del reloj del salpicadero. Para las maderas decorativas se apuesta por el nogal. En él tampoco falta una incrustación de nácar inspirada en el arte de Medio Oriente ¿No es suficiente nivel de detalle? El techo interior Starlight se ha personalizado y muestra cómo se veía el cielo en la noche que nació el padre del cliente.
Bajo el capó, descansa el conocido bloque V12 biturbo de 6.75 litros de Rolls-Royce sin modificaciones. Este desarrolla una potencia de 571 CV (420 kW) a 5.000 rpm y 850 Nm de par máximo desde 1.600 vueltas para mover los 2.660 kilogramos que pesa este mastodonte.
Y no lleva ni unos tristes cristales tintados