Nos están vendiendo a bombo y platillo el coche eléctrico. Es la panacea dicen, el futuro, la salvación del planeta. Sin embargo, el precio y las reservas de litio que se emplea para fabricar los enormes paquetes de batería parecen indicar lo contrario. El maravilloso metal en el corazón del cambio global hacia los coches eléctricos, se encuentra en una crisis total.
Así lo recoge Bloomberg en un completo artículo en el que revela algunos datos preocupantes. Según apunta la fuente, los expertos creen que el enorme aumento de la demanda de litio podría dificultar gravemente el cumplimiento de los objetivos de emisiones globales. Esencialmente, la demanda del mineral ha superado ampliamente la oferta.
El precio del litio, por las nubes
La fuerte demanda de litio en los últimos años ha llevado a que los precios se disparen casi un 500% en un año. Y ojo, porque esto es solo el principio, cada vez hay una mayor oferta de coches eléctricos. Si la cosa está así con los pocos que se venden… ¿Qué pasará cuando la demanda de este tipo de vehículos sea mayor?
Bloomberg señala que la escasez de litio ya es preocupante en China, donde se fabrican alrededor del 80% de las baterías de iones de litio del mundo. Al parecer, el gobierno del país asiático acorraló a los proveedores y fabricantes para exigir «un retorno racional» a precios más bajos.
Es más, los analistas de Macquarie Group Ltd. advirtieron sobre un «déficit perpetuo«, mientras que Citigroup Inc. casi duplicó su pronóstico de precios para 2022 y dijo que podría avecinarse un repunte «extremo«. Los analistas de Benchmark Mineral Intelligence apuntan a que esto podría suponer un aumento de precio de en torno a 1.000 dólares por coche.
Si a esto le sumamos el incremento generalizado de los precios de las materias primas, parece difícil que el precio del coche eléctrico poco a poco se iguale al de los tradicionales vehículos de combustión. De no revertirse esta situación, podría quedar cada vez más lejos el sueño de cumplir con las exigencias gubernamentales contra el cambio climático.
Sin solución a corto plazo
Bloomberg informa que la demanda excepcional de litio podría atribuirse a una caída de precios entre 2018 y 2020, lo que redujo su valor a la mitad. Esto provocó una inversión insuficiente en nuevas fuentes de suministro justo en el momento en el que la demanda de vehículos eléctricos estaba explotando.
Para empeorar aún más la situación si cabe, la guerra de Ucrania está afectando a otros compuestos utilizados en la producción de baterías, como el níquel, el grafito y el cobalto ¿La mala noticia? Que la solución no parece sencilla, ya que como señala Joe Lowry, fundador de la firma de asesoría Global Lithium, “hay mucho litio en el suelo, pero la inversión es el problema”.
Para entender el problema es preciso saber que el litio se obtiene bombeando salmuera que contiene el mineral del suelo o extrayéndolo. Lejos de ser procesos limpios, ambos son perjudiciales para el medio ambiente y pueden ser tan ineficientes como lentos. Lo mismo ocurre con el hecho de incrementar los niveles de producción de las fuentes existentes.
Sin embargo, crear nuevas fuentes de litio lleva aún más tiempo. Como reza Lowry, “puede llevar hasta 10 años construir un proyecto de salmuera de litio totalmente nuevo”. Por ahora no parece existir una solución a corto plazo, aunque algunos expertos sugieren que reciclar baterías podría satisfacer el 16% de la demanda anual para 2035.
Si para entonces la nueva tecnología de baterías reduce la demanda de litio, podría ser una solución viable, pero no parece que vayan por ahí los tiros. Precisamente la década de 2030 supondrá un punto de inflexión, con muchos países prohibiendo la venta de vehículos de combustión. Probablemente no haya suficientes baterías para reciclar.
El fallo, no está en electrificar los automóviles. Toda la buena intención al cambiar el motor de combustión por el eléctrico, se dañó por la injerencia de los políticos, al querer resolverlo por «decreto legal». Ignorando la situación económica de los consumidores, la disponibilidad de materias primas, y la viabilidad de las baterías para autos eléctricos.
Primero, debe hallarse una fuente de electricidad práctica y económica para el automóvil. Ello será útil para bajar los precios, y hacerlos asequibles al público.
No solo debe cambiarse el modelo de automoción. También es indispensable fiscalizar a los políticos, y vetar las medidas que ocasionen más daño que beneficio en su aplicación, que ellos promuevan.