Hace ya más de cuatro años que se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la resolución de la DGT en la que se recogía la clasificación del parque de vehículos en función de sus niveles de emisiones en base a los datos de homologación europeos, un sistema de pegatinas medioambientales que se subdividen en cuatro categorías y colores diferentes.
Esta medida tiene como objetivo discriminar positivamente a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente y ser un instrumento eficaz al servicio de las autoridades municipales, que pueden implementar políticas tanto restrictivas de tráfico en episodios de alta contaminación, como de promoción de nuevas tecnologías a través de beneficios fiscales o relativos a la movilidad, regulación de parquímetros, etc.
Estas pegatinas se imprimen en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, son distribuidas por la DGT y se denominan oficialmente Distintivo Ambiental.
Desde su llegada a los parabrisas de nuestros coches, los problemas, los rumores y los errores no han hecho más que aparecer. Se ha especulado mucho acerca de los cambios de criterio en el etiquetado para no beneficiar a los mild hybrid, e incluso acerca de la llegada de nuevas etiquetas como la que últimamente podrás ver en los servicios de carsharing.
El carsharing y el motosharing ya se han convertido en dos opciones más de movilidad en las principales ciudades españolas, especialmente en la capital, donde la oferta es realmente variada. Sin duda alguna, la publicación de la instrucción sobre esta modalidad en el Registro de Vehículos ha supuesto un impulso para el sector de los vehículos compartidos.
El Anexo II del Reglamento General de Vehículos considera vehículo compartido a “un vehículo destinado al alquiler sin conductor que se dedica a un uso concatenado e intensivo por un número indeterminado de usuarios dentro de una zona de servicios delimitada. Debe estar disponible, en cualquier momento, para ser utilizado mediante el empleo de aplicaciones móviles”.
El reconocimiento de la DGT a los servicios de vehículo compartido como pieza clave para una movilidad sostenible ha llegado acompañada de este nuevo distintivo ambiental de color azul que veremos con cada vez más frecuencia en los servicios de carsharing y motosharing. El distintivo de vehículo de uso compartido es conocido técnicamente como señal V-26.
Según comenta la DGT, el distintivo abre la puerta a que organismos públicos y privados puedan poner en marcha medidas específicas de fomento de estos servicios. Además, el distintivo ayuda a los usuarios a distinguir este tipo de vehículos en los lugares donde se encuentra la señal de estacionamiento de vehículo compartido.
Esta señal de reciente creación ya se encuentra funcionando en ubicaciones como Ifema, Sanchinarro o Las Tablas y hace referencia a los espacios dedicados en exclusiva al aparcamiento de carsharing. Es la señal que podéis ver en la imagen superior y estas zonas de aparcamiento se suman a las que ya tienen las propias compañías.