Para muchos, la firma del rombo revolucionó el mundo del automóvil cuando presentó el Renault Twingo en 1992. Sus colores vibrantes y su sencillez permitían hacer la vida cotidiana más placentera y simple. Pero ojo, que también tuvo muchos detractores por su diseño. En cualquier caso, eso no impedirá que la compañía gala lo traiga de nuevo al mercado ¡Y ya hemos tenido la oportunidad de conocerlo!
Si bien es por ahora un prototipo, el Renault Twingo E-Tech estará expuesto en el stand del fabricante en el Salón del Automóvil de París 2024, que tendrá lugar del 14 al 20 de octubre. Lo veremos en el mercado en 2026 y su precio estará por debajo de los 20.000 euros. Así lo reveló el propio Luca de Meo hace unos meses. A ver qué os parece a vosotros en directo.
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El prototipo del eléctrico Renault Twingo E-Tech reaviva la llama original con un coche totalmente eléctrico diseñado para la conducción urbana, pero con la practicidad de las cinco puertas. Es original, inteligente y tan inesperado como el primero, que irrumpió en escena con su silueta minimalista de monovolumen, faros traviesos, agilidad y un ambiente alegre.
La silueta monovolumen se mantiene y, además, incluye un techo de cristal fijo para llenar de luz el amplio interior. Una serie de detalles inspirados en el primer Twingo realzan el carácter de este prototipo, así como sus proporciones modernas y sus superficies. Un ejemplo son los faros, que ahora están dentro de anillos LED flotantes, combinando una apariencia técnica y atractiva.
El diseño trasero recuerda la emblemática cola del Twingo original, al tiempo que el borde negro alrededor de la luna posterior añade un toque moderno. Las luces traseras salientes, que tienen la misma forma que los faros, dan al coche una sensación de alta tecnología. Las letras Twingo en el centro del portón simplifican el diseño en su conjunto.
Entre los detalles más memorable nos encontramos los tiradores de las puertas, que provienen directamente del modelo de 1992 y ahora tienen un borde redondo que se ilumina. Las tres pequeñas aberturas en el capó no están ahí para dejar entrar aire al motor porque, sencillamente, no las necesita: son un homenaje al legado del coche. En París podrás verlo junto a los R4 y R5.
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