No nos queda otra, o nos reinventamos, o no vamos a poder con esta crisis sanitaria que nos ocupa a causa del coronavirus. En los últimos días hemos visto de todo por parte de diversas marcas de coches, siendo la labor de SEAT probablemente una de las más valiosas de todas.
La línea del SEAT León en la planta de Martorell tiene un aspecto inédito. Hoy no se producen coches, sino respiradores asistidos para colaborar con el sistema sanitario en plena crisis del COVID-19. Pasar de producir coches a respiradores en un tiempo récord es fruto del intenso trabajo de numerosos empleados de SEAT y de un motor muy potente: la solidaridad.
Al otro lado del Charco también hay algunos fabricantes de automóviles trabajando a contrarreloj para desarrollar respiradores. Por ejemplo, Ford prometió recientemente que fabricaría 50.000 respiradores en 100 días gracias a su asociación con GE Healthcare, empleando un diseño que ya está aprobado por la FDA.
Por otra parte, General Motors se ha asociado con Ventec Life Systems para ampliar la producción de sus productos respiratorios en Michigan. En el caso de Tesla, hablamos todavía de un prototipo que debe de ser aprobado por la autoridad competente, aunque los ingenieros aseguran ir en la dirección correcta.
Semanas atrás, la firma de Palo Alto ya donó más de 1.200 respiradores procedentes de China a diversos hospitales de California, aunque todavía se desconoce si el presupuesto salió de Tesla, SpaceX o del bolsillo del propio Elon Musk. Ahora, será interesante ver si Tesla puede diseñar, obtener la aprobación y construir respiradores más rápido que GM y Ford.
Tesla está diseñando su respirador desde cero y para ello está usando piezas procedentes de sus automóviles, especialmente del Model 3, como se puede apreciar en solo un vistazo a la pantalla del respirador. En el vídeo, el equipo de ingenieros de la compañía norteamericana nos muestra su prototipo más de cerca.