Según han comentado desde Reuters y Bloomberg, varios funcionarios italianos han trasladado a la Unión Europea su interés en revisar la fecha sobre la prohibición de las ventas de coches nuevos con motores de combustión a partir de 2035.
Gilberto Pichetto Fratin ha declarado que «la prohibición debe modificarse». Estas declaraciones se han hecho públicas en el foro empresarial TEHA en Cernobbio, a orillas del lago de Como, en Italia.
Pichetto calificó la decisión de la UE de «absurda» y dictada por una «visión ideológica».
El plan necesita cambios para reflejar las diferentes realidades del mercado en medio de la desaceleración de la industria automovilística europea, añadió.
Al replantear las fechas y las necesidades se daría un poco de aire a los compradores y a los fabricantes de coches.
El ministro de Industria de Italia, Adolfo Urso, dijo que a principios del próximo año debería realizarse una evaluación sobre el progreso de los planes de cumplir con las nuevas reglas.
Ambos políticos italianos han subrayado que estamos en un panorama incierto que afecta a la industria automovilística alemana y a los diferentes grupos automovilísticos europeos por lo que se necesita claridad para no dejar que la industria europea colapse.
Según está redactada actualmente la ley, esta establece que se exigirá que los automóviles nuevos vendidos después de 2035 tengan cero emisiones de carbono, lo que hará imposible vender vehículos nuevos propulsados por combustibles fósiles en el bloque actualmente compuesto por 27 estados miembros.
El gobierno de Giorgia Meloni cree que la Comisión Europea debería permitir que los estados miembros tengan más libertad para elegir la tecnología que prefieren para cumplir los objetivos de descarbonización.
Los funcionarios italianos han dicho que no están en contra del desarrollo y la producción de vehículos eléctricos pero tampoco quieren hundir industrialmente la zona euro.
Los fabricantes de automóviles europeos están teniendo que invertir fuertemente en electrificación y esto choca, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado de vehículos eléctricos se enfría en la gran mayoría de países.
El director general del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, dijo que «el pastel se ha hecho más pequeño y tenemos más invitados a la mesa». Esto se refiere a que cada vez se compran menos coches nuevos y que cada vez hay más fabricantes nuevos en la ecuación, sobre todo los procedentes de China.
Con el Grupo Volkswagen amenazando con cerrar fábricas y las ventas de Stellantis en caída libre quizá es hora de que los políticos se replanteen si es necesario a no electrificar el mercado tan rápido.
El director ejecutivo de Renault, Luca de Meo, dijo en una entrevista el domingo que los fabricantes de automóviles europeos podrían incurrir en multas de hasta 15.000 millones de euros si no pueden cumplir los ambiciosos objetivos climáticos de la UE y todo esto se está cocinando en un entorno en el que las ventas no son nada favorables en general pero muy preocupantes en lo que se refiere al coche eléctrico.