La nueva KTM 790 Duke es una motocicleta para los amantes de las carreteras y de las curvas, y es que gracias a su precisión y agilidad se convierte en la compañera perfecta en cualquier terreno. Destaca especialmente por su equilibrio entre peso, potencia y prestaciones, pero hoy os venimos a hablar de toda la tecnología que incorpora más propia de la categoría reina del motociclismo, la MotoGP.
La electrónica de la 790 Duke está al nivel de las mejores motos de carreras, gracias a un sistema que permite anticiparse al conductor en la frenada para calcular la presión de frenado óptima en cada momento. Gracias a la unidad de medición inercial (IMU) que trabaja junto con los frenos antibloqueo podemos evitar que una de las ruedas resbale o recuperarnos lo más rápido posible si la motocicleta comienza a perder tracción.
Según ha explicado el vicepresidente de investigación y desarrollo de KTM, Gerald Maschl: «El eje horizontal es el agarre de la rueda delantera con aceleración y desaceleración vertical«(…)»Alrededor de estos ejes hay un círculo y mientras permanezcas dentro de él, estás a salvo«.
De esta forma, un algoritmo permite corregir el error del conductor o las condiciones de la carretera cuando hay poco agarre. Aunque lo mejor de todo es que no hace falta que entiendas nada de esto para su funcionamiento, simplemente basta con frenar y la 790 Duke se detendrá sin mayores problemas. Si el conductor frena demasiado por error en medio de una curva los frenos se pulsan y la motocicleta volverá a su posición vertical hasta detenerse por completo.
Además, para todos aquellos que les gusta acelerar sin control también existe un sistema que evitará un inesperado caballito o ‘wheelie‘. En esta ocasión son los sensores de la rueda los que aceleran y responden si existe una diferencia entre la velocidad de la rueda trasera y delantera. Puede que no se instantáneo, pero tan pronto como entra en acción la IMU y procese la situación enviará un mensaje para que el acelerador se detenga.