Hace unos meses SEAT anunció que quería vender sus productos en Irán y, durante unos meses, se han matriculado algunas unidades a través de un importador paralelo. Ni las ventas ni la demanda han sido suficientes para motivar un lanzamiento oficial por parte de la española, que ahora tiene muchas otras zonas que mejorar.
En lugar de centrar los intentos de conquista en Irán, SEAT tratará de seguir aumentando sus ventas en Francia e Italia, dos grandes países europeos que necesitan de grandes esfuerzos para alcanzar las cuotas registradas hace ya unos años, y en los que ahora no brilla especialmente.
También el Norte de África es un objetivo claro para la marca. Con el arranque de ensamblaje del Ibiza en Argelia, SEAT puede aumentar considerablemente su penetración en el país y de paso surtir a algunos mercados fronterizos. En Túnez es la décima marca más vendida y en Marruecos, poco a poco, van mejorando la cuota y es una de las 15 marcas más demandadas.
En cuanto a América Latina, SEAT también quiere centrar muchas de las inversiones para seguir creciendo. México es un pilar muy importante que han cuidado con mimo (muestra de ello es que el Ibiza V ha llegado antes que a muchos mercados europeos) pero también necesitan crecer en Colombia (con una representación muy pobre), República Dominicana, Guatemala, Perú (sólo venden el León) y Ecuador. En la Guyana Francesa al menos la cuota es buena aunque contabiliza como Francia.
El principal problema para entrar en Irán son los altos aranceles. Salvo que se fabrique o ensamble en el país, no casi oportunidad de negocio para las firmas generalistas aunque algunas chinas, con precios muy bajos, han conseguido hacerse un hueco. Poner a la venta un SEAT León por el doble de lo que cuesta un Kia Cerato lógicamente no le da oportunidades.