Tras el escándalo de las emisiones de Volkswagen, el sector está literalmente que echa humo.
Hace unas horas hemos sabido que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) emitió un aviso de violación de normativa a Fiat Chrysler Automobiles NV y FCA US LLC por presuntas violaciones de la Ley de Aire Limpio.
Al parecer, la EPA acusa al holding automovilístico de instalar y no revelar un software de gestión de motores en los modelos Jeep Grand Cherokee y Dodge Ram 1500 de 2014, 2015 y 2016.
Los modelos que la EPA ha puesto en el punto de mira cuentan con los motores diésel de 3.0 litros vendidos en los Estados Unidos. Según la agencia, el software no revelado da lugar a un aumento de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de los vehículos. Las acusaciones se centran en nada menos que 104.000 vehículos.
La EPA está trabajando en coordinación con la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), que también ha emitido un aviso de violación a FCA. La EPA y CARB han iniciado investigaciones basadas en las presuntas acciones de la FCA aunque ojo, porque han señalado pero continúan investigando.
En palabras de la EPA, todos los fabricantes de automóviles deben jugar según las mismas reglas y de este modo seguirán responsabilizando a las compañías que ganen una ventaja competitiva injusta e ilegal frente a otras.
Como parte de la investigación, la EPA ha encontrado al menos ocho piezas no reveladas de software que pueden alterar la forma en la que un vehículo emite contaminación.El software no revelado da como resultado un aumento de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).
Como no podía ser de otra manera, la contestación de FCA no se ha hecho esperar. En FCA EE.UU. están decepcionados con el aviso de la EPA y han anunciado que tienen la intención de trabajar con la administración entrante para presentar su caso y resolver este asunto de manera justa y equitativa.
FCA ha comentado que sus motores diésel comercializados en el mercado estadounidense están equipados con muchos sistema de control de emisiones, incluida la reducción catalítica selectiva (SCR).
¿Será otro ataque como el practicado contra BMW o Mercedes-Benz o estamos ante un nuevo escándalo?