Buenas noticias para el sector europeo del automóvil y de todo aquel que no crea en la electrificación y es que el Parlamento Europeo acaba de respaldar una versión más asimilable y «floja» de la futura norma de emisiones Euro 7.
Los fabricantes de automóviles acogieron con agrado la decisión, que ahora se acerca más aún a la realidad. La votación final podría tener lugar a principios del próximo año.
El Parlamento Europeo ha respaldado una versión de las normas de contaminación Euro 7 que mantendrían vigentes los límites actuales para los automóviles de pasajeros hasta 2030.
La Euro 7 reemplazaría las actuales regulaciones Euro 6 que rigen las emisiones de partículas finas, monóxido de carbono y óxido de nitrógeno, emisiones que según los expertos en salud contribuyen a la producción de decenas de miles de muertes al año.
La versión del parlamento adoptada el jueves por la Comisión de Medio Ambiente y que se espera sea aprobada el 1 de noviembre, mantendría las actuales normas de emisiones Euro 6 para turismos hasta el 1 de julio de 2030, para automóviles y furgonetas; y hasta el 1 de julio de 2031, para autobuses y camiones. La propuesta original de la Comisión Europea, publicada en noviembre de 2022, había fijado fechas de vencimiento en 2025 y 2027 para automóviles y camiones e impondría límites más estrictos a los contaminantes para automóviles de pasajeros y furgonetas.
La Euro 7 se había convertido en un punto escamoso para la industria automotriz europea, y los fabricantes de automóviles dicen que su cumplimiento sería una distracción costosa para ellos que encarecería notablemente los precios de los coches.
En los últimos años la demanda de coches nuevos ha experimentado una gran volatilidad entre otras cosas debido a la pandemia de COVID-19, la escasez de chips y otros problemas de la cadena de suministro en los últimos años. Al mismo tiempo, la industria está atravesando la mayor fase de disrupciones provocadas por la tecnología de propulsión y los nuevos actores y participantes en la misma.
Italia, Francia, la República Checa y otros cinco estados habían presionado al consejo para que diluyera la propuesta de la comisión antes de la votación.
Transporte y Medio Ambiente, un grupo ambientalista, fue muy crítico con la votación del Parlamento, diciendo que era un “desastre para la salud pública” que “permitiría a la industria automovilística reutilizar sus vehículos de forma ecológica convirtiéndolos a la Euro 7 de una forma muy simple.
Las medidas Euro 7 propuestas también incluyen un pasaporte ambiental para vehículos, que contendría información como el consumo de combustible, el estado de la batería, los límites de emisiones y los resultados de las inspecciones técnicas periódicas.