En los últimos años hemos venido hablando sobre las partículas contaminantes que se producen debido al desgaste de los neumáticos por la fricción de los mismos con la superficie del asfalto. A mayor peso, mayor velocidad y mayor brusquedad, mayor desgaste y mayor producción de partículas.
La norma Euro7, que ayer os anunciamos que acaba de ser adoptada por la Comisión Europea, permitirá definir próximamente los umbrales reglamentarios de abrasión de los neumáticos con el fin de reducir las cantidades de partículas emitidas en Europa. Esto viene significando, que desde Europa determinarán cual será el máximo y el mínimo de desgaste así como la rapidez del mismo para los neumáticos comercializados dentro del territorio de la Unión.
En un principio, esta nueva normativa se basa en su propio método de ensayo para cuantificar todas las partículas de desgaste provenientes de los neumáticos y la carretera en gramos por kilómetro recorrido y por tonelada transportada. Esto permite medir las emisiones globales a gran escala, para todos los neumáticos del mercado.
En caso de que un neumáticos no cumpla esta norma dejarán de ser comercializados.
Desde Michelin nos han comentando que llevan casi 20 años estudiando la reducción de la abrasión de los neumáticos y la investigación de las partículas de desgaste.
Con el objetivo de reducir al máximo la abrasión y desgaste, la marca desarrolló un sistema llamado SAMPLE. Este sistema permite capturar, clasificar, contar y calificar las partículas emitidas lo más cerca posible del neumático, con altos niveles de precisión y reproducibilidad.
Las partículas de desgaste de los neumáticos tienen, por término medio, el tamaño de un cabello humano (100 µm) y forman una mezcla compleja compuesta a partes iguales por una combinación de caucho (50%), minerales e incluso otros elementos de la carretera (50%).
Estudios recientes han permitido cuantificar el número de estas partículas que contribuyen a la contaminación atmosférica, es decir, las PM10 y PM2,51, también conocidas como partículas finas. Hasta ahora, estas cifras nunca se habían verificado con mediciones experimentales tan precisas. Los primeros resultados muestran que, de las partículas emitidas por un neumático, en promedio el 1,3% se corresponden con las de tipo PM10 y un 0,16% con las PM2,5, y son susceptibles de quedar en suspensión en el aire.
Estaremos atentos a la regulación que se lanzará en los próximos meses.