Yo no sé que le pasa a veces a la gente por la cabeza. Nuestro protagonista de hoy, Jacob Matthew Allemon, era conductor de Uber en la ciudad de Detroit, Michigan, donde el pasado sábado una pareja solicitó sus servicios a través de la aplicación móvil de la compañía. El conductor, de 23 años de edad, se dirigió al punto de encuentro, hasta aquí todo normal.
Cuando llegó, la víctima, de 49 años de edad, hizo un gesto que a cualquiera de nosotros le parecería lo más normal del mundo: dar unos golpecitos en la ventanilla con los nudillos para avisar al conductor de que abriera las puertas. Sin embargo, a Jacob el gesto le pareció un tanto irrespetuoso con el vehículo que conducía.
En lugar de rechazar el viaje o decirle algo al pasajero, el cual viajaba con su esposa, el conductor circuló durante kilómetro y medio antes de pedirle a la pareja que abandonara el vehículo. Ambos le pidieron a Jacob que si podían esperar en el interior del coche hasta que llegara otro servicio de Uber, pues el clima no acompañaba como para estar de pie en la calle -estaba nevando-.
«La víctima dio unos golpecitos en la ventana para alertar a Allemon de que iban a entrar en el vehículo«, declara la policía de Bloomfield en un comunicado.»Allemon sintió que su vehículo no había sido respetado cuando la víctima dio el golpe en la ventana«.
Es en ese momento cuando al conductor se le fue la cabeza y apuñaló a la víctima, la cual sufre múltiples heridas en la cara, la espalda y el pecho. Tiempo después, el señor Allemon fue arrestado por la policía, acusado de intento de homicidio y puesto en prisión con una fianza de 250.000 dólares. No sé qué pensaréis vosotros, pero si yo tuviera que apuñalar a cada persona que me da unos golpecitos en la ventanilla, Madrid estaba ya despoblado.