El famoso edificio C42 que Citroën reinaguró en 2007 en los Campos Eliseos de París, está abierto al público desde principios de marzo, en una muestra tan especial como diferente de lo que ha sido su historia en las últimas décadas.
Una exposición retrospectiva de Citroën y su andadura presidencial, desde el Traction Avant (abuelo del C6 actual que conocemos) de René Coty hasta hoy.
Aunque no se puede decir que Citroën haya sido la marca por antonomasia para políticos, gobernantes, reyes y altos cargos, es bien sabido el apego que los franceses tienen por lo suyo y la defensa a ultranza que hacen de ello (en cierto modo muy inteligente, porque si no defendemos lo nuestro quien lo va a hacer). Esto es algo que se ha visto siempre en sus automóviles, presentes mayoritariamene en sus películas, pero también en sus flotas de vehículos oficiales.
En el año 1954, el presidente René Coty, solicitó a Citroën dos unidades del Citroën Traction 15/6 H limusina, especialmente diseñadas para el presidente francés, que incorporaban como novedad una suspensión hidroneumática y un sistema de climatización adicional al montado de serie en este modelo, para proporcionar una mayor experiencia a bordo que era precisamente en viajes largos donde mayor partido le podían sacar los pasajeros de las plazas traseras.
Con el lanzamiento del nuevo Citroën DS (por aquel entonces era nuevo), Charles de Gaulle, presidente de la república francesa entre 1959 y 1969, renovaba su confianza en la marca adquiriendo una unidad especial para presidencia. Este coche tenía, además de todos los lujos y comodidades de otros anteriores utilizados en el mismo cargo, nueva tecnología y un techo retractil de lona que le permitía al político ponerse de pie para saludar a las gentes allí donde iba. Como curiosidad, fue de los primeros de su categoría y de su tiempo en equipar ese tipo de techos de lona escamoteables eléctricos, pensemos también que no hablo de un descapotable al uso, como los que tuvieron Adolf Hitler o Benito Mussolini. El techo de este era algo similar al Citroën Pluriel, más cercano por época a todos nosotros.
Pero la historia de coches oficiales de Citroën es más dilatada. No termina aquí. En 1971, Georges Pompidou se volvía a decantar por uno de sus modelos, solicitando un Citroën SM pero con una serie de modificaciones específicas para ajustarlo a las nuevas necesidades presidenciales. Parte del proyecto corrió a cargo del carrocero Henri Chapron, dotándolo de una caja de cambios especial y un sistema de refrigeración también mejorado.
Como suele suceder, estos coches de tanto valor, se suelen quedar en los garajes presidenciales o reales de cada país. En España la casa real tiene su «pequeño museo» y en Francia sucede algo similar. Esta unidad, como otras, se ha guardado para el recuerdo. Este coche también ha sido utilizado por los presidentes Giscard d’Estaing, Fraçois Mitterrand o Jacques Chirac, durante sus respectivos mandatos, en desfiles y actos oficiales específicos.