Spyker está pasando por algunas dificultades económicas, hasta el punto de poder convertirse en una de las muchas empresas que desaparecen por culpa de la crisis. Por esto, ha presentado hoy mismo una petición voluntaria para la reestructuración financiera de su empresa, en un esfuerzo por sanear su liquidez y sus operaciones a corto plazo, por lo que se les ha concedido la moratoria temporal de pago, y se les ha asignado un administrador que, junto con el Consejo de Administración, tiene la responsabilidad final de la gestión de la empresa.
Con esta medida se protege a Spyker de sus acreedores durante todo el tiempo que esté vigente la moratoria temporal. Durante este tiempo, la empresa tiene previsto concluir con éxito una serie de operaciones importantes, al mismo tiempo que ejecuta su plan de reorganización para resolver sus problemas operativos y temporales de liquidez.
La empresa sigue arrastrando los problemas económicos consecuencia del legado de la F1 como de la adquisición de Saab. Además de los planes de reestructuración, desde Spyker se está trabajando en el Spyker B6 Venator, un modelo de lujo y deportivo que servirá como acceso a la gama y que se espera que sirva para atraer la atención de nuevos clientes. También se están llevando a cabo conversaciones para fusionarse con un fabricante estadounidense de aviones eléctricos de alto rendimiento, tecnología que se aprovecharía en futuros modelos de Spyker.