Los sistemas híbridos nacieron como una solución que permitía reducir los gastos de consumo de combustible en los coches, por lo que lo habitual era verlo asociados a coches especialmente pensados para ser austeros en lo que a gasto de combustible y prestaciones se refiere, como por ejemplo el Toyota Prius (ver prueba). Más tarde comenzaron a usarse los sistemas híbridos en berlinas como el Lexus GS 300 Hybrid (ver prueba) o el Mercedes-Benz Clase S Hybrid (ver prueba).
Por ello un sistema híbrido a un coche de altas prestaciones es algo que desde hace un tiempo no nos suena raro, ya hemos visto por ejemplo el Porsche 918 que emplea un sistema híbrido de propulsión, formado por un motor de gasolina y por dos motores eléctricos.
Así, cada vez más marcas se están decantando por estos sistemas híbridos, que les permiten obtener una perfecta combinación entre consumo y prestaciones, sin elevar sus costes en exceso, por lo que vemos modelos más comunes que ofrecen esta tecnología, como es el caso del Volkswagen Golf GTE (ver prueba).
Pues ahora, según hemos podido saber a través de la web de Top Gear de Reino Unido, hay planes desde Renault de que su versión más radical del Mégane, firmados con las siglas RS, empiece a usar esta tecnología. Todo viene porque en la Formula-E los coches son RenaultSport, y desde las oficinas de la marca francesa quieren aprovechar los datos y tecnologías que les ofrece la competición y usarlos en un coche de calle deportivo.