Lada está pasando por muy mal momento. La firma rusa pasará a manos del gobierno local en este mismo mes de mayo pero por más esfuerzos que se están haciendo para mantener la producción es inviable; la falta de piezas no da tregua y se paralizan de nuevo las plantas.
La marca ya había anunciado que durante un periodo de tiempo se tendrán que conformar con producir vehículos muy básicos más propios de los años 80. Por ejemplo no tendrán ABS, control de estabilidad, navegador, llamada de emergencia o airbags, además de en muchos casos perder hasta el cierre centralizado.
Si esto de la dotación te parece ya mala solución, peor es la tomada con los motores dado que la falta de piezas les obliga a recuperar los bloques Euro 2 que abandonaron hace ya más de 15 años. Las cajas robotizadas, la gestión electrónica y otros elementos que requieren chips o piezas de proveedores europeos también dicen adiós.
Tanto el Lada Granta como el Niva, convenientemente adaptados a la nueva necesidad, deberían comenzar su producción en cuanto haya algunas piezas mientras que el Vesta hará lo propio el próximo otoño. A modo de curiosidad China no puede surtir de las piezas faltantes para evitar sufrir unas sanciones parecidas como sucede con Bielorrusia.