Cada día que pasa se complican más las cosas en Rusia en lo relacionado con el mundo del automóvil. Las muchas sanciones impuestas y la dependiencia existente para el abastecimiento de las piezas está provocando que el país se esté quedando sin stock de vehículos.
Lada ha comunicado que tendrá que rebajar la dotación de sus vehículos si quieren mantener la producción. El extinto Kalina parece que será recuperado, un vehículo que se producía localmente con muy pocas piezas importadas y que permitirá rebajar también los costes de fabricación.
De momento la empresa está esperando una moratoria del gobierno nacional ruso para que elimine la obligatoriedad de incluir algunos elementos de equipamiento de serie como el sistema de frenos ABS o el airbag frontal, algo que les permitiría ahorrarse varias piezas procedentes de Bosch.
Si bien los últimos modelos de Granta y Vesta están equipados con motores que incluyen tecnología Renault, la marca rusa ve factible recuperar el viejo 1.6 MPI de 90 CV que hasta hace no mucho llevaban los Kalina. Con ese motor la normativa anticontaminación no es tan actual pero se pueden fabricar de nuevo en serie sin apoyo extranjero.
Si todo esto sigue adelante parece que en Rusia se vivirá un retroceso cercano a los 30 año en matería de equipamiento y seguridad o emisiones, algo que en estos tiempos complicados podría no importar demasiado a los pocos rusos que quieran adquirir un coche nuevo a precios imposibles.