La crisis generada por el coronavirus está cambiando nuestra forma de ver las cosas, pero también está modificando la forma de actuar de numerosas empresas y fabricantes que se han puesto manos a la obra para ayudar a usuarios y gobiernos a superar estos duros momentos que azotan al planeta.
Hemos visto fabricantes de automóviles como Lamborghini que producen mascarillas, otros tantos que ceden sus flotas de vehículos para los sanitarios e incluso marcas que están fabricando respiradores utilizando piezas de sus vehículos. Prácticamente todos se han volcado en esta pandemia.
Sin embargo, no debemos olvidar que las empresas nacieron para ganar dinero, y esta es una situación realmente complicada para muchas de ellas, especialmente en el sector de la automoción, uno de los más relevantes en Europa y los Estados Unidos, aunque está claro que al otro lado del Charco nos llevan ventaja en eso de incentivar el consumo.
Solo con ver las cifras de ventas en España es para echarse a llorar.
No nos queda otra, o nos reinventamos, o no vamos a poder con esta crisis, así que muchos fabricantes están potenciando la venta de vehículos online alrededor de todo el Globo. Poco a poco, los esfuerzos están surtiendo efecto y, aunque todavía es pronto para ver brotes verdes, muchas factorías se están preparando para la vuelta al trabajo.
Tímido arranque en España
España es el segundo país productor de Europa en el sector de la automoción, y el noveno en todo el mundo. Es por ello que los fabricantes de automóviles se están preparando ya para reiniciar la producción tras la finalización del periodo excepcional de cese de toda la actividad no esencial motivado por el coronavirus.
Cada semana que los fabricantes detienen la producción en España, se dejan de fabricar más de 50.000 vehículos, lo que supone unas pérdidas millonarias para las marcas. Recordemos que la producción de coches en las factorías españolas fue de 2,82 millones de unidades en 2019.
Por otra parte, el cierre de las factorías ha supuesto el despido temporal de alrededor de 60.000 trabajadores directos, cifra que asciende hasta los 350.000 empleados si se tiene en cuenta toda la cadena de valor. Por suerte, tras el acuerdo de un protocolo de protección y prevención laboral de los trabajadores entre las patronales y los sindicatos, muchos volverán a sus puestos de trabajo.
Uno de los primeros fabricantes en reanudar parte de la actividad será Renault, quien arrancará hoy mismo la producción en sus plantas de motores de Valladolid y de cajas de velocidades de Sevilla. Será una reactivación por fases dado el alto grado de exportación de ambas factorías; mientras que las instalaciones de producción de vehículos en Valladolid y Palencia se mantendrán cerradas.
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Otro de los grandes fabricantes de automóviles que planean reanudar su actividad antes de que finalice el mes de abril es SEAT. Fuentes de la compañía señalan que la factoría de Martorell, la de mayor capacidad en España con más de 500.000 unidades en 2019, retomará pronto su trabajo atendiendo a los últimos anuncios del Gobierno y a las negociaciones con los sindicatos.
Quien no abrirá sus puertas como mínimo hasta el 27 de abril será la planta de Ford en Almussafes (Valencia). La compañía ya anunció que mantendría el cierre echado en la mayoría de sus centros de Europa hasta el próximo 4 de mayo
En cualquier caso, las patronales de fabricantes de vehículos (Anfac), los concesionarios (Faconauto) y los proveedores de componentes (Sernauto) han acordado con los sindicatos CC OO y UGT un protocolo de protección y prevención laboral de los trabajadores (podéis leerlo en el enlace) que cuenta con la aprobación del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El horizonte algo oscuro de los concesionarios
Unas 5.000 empresas en nuestro país son concesionarios de automoción, cifra que representa el 3% de nuestro PIB. Por desgracia, los concesionarios son algunas de las compañías más afectadas por la crisis del COVID-19 y más de 150.000 trabajadores de estas empresas (el 90% de sus plantillas), han entrado en un ERTE durante la cuarentena.
Marta Blázquez, Vicepresidenta Ejecutiva de Faconauto, declaraba recientemente que, según los últimos análisis, los concesionarios dejarán de facturar más de 2.500 millones de euros en estos dos meses de confinamiento, y eso suponiendo que el tema no se alargue más de la cuenta.
Pero los ERTE solo han conseguido evitar el primer golpe, el verdadero momento crítico llega acompañado de una simple cuestión: ¿Qué hacemos después? No veremos una recuperación en V y no valdrá solo con reactivar la maquinaria comercial, porque ante semejante incertidumbre, serán pocos los que se atreverán a comprar un coche.
Blázquez propone que los ERTE tengan una continuidad y se adapten al nivel de actividad que vayan teniendo los concesionarios, pero claro, eso requiere diversas medidas que habrán de ser trabajadas entre el sector, el Gobierno, los partidos políticos, las comunidades autónomas y los sindicatos.
Europa también se pone manos a la obra
Según Bloomberg, aproximadamente 100 trabajadores de la planta de Audi en Györ (Hungría), una factoría de motores, reiniciaron la producción en una de las líneas de ensamblaje en un sistema de turno único a principios de esta semana. Según la publicación, se abrirá una segunda línea antes de que acabe la semana.
Audi tiene la esperanza de que su planta de motores vuelva a los niveles anteriores a la crisis, y ahora trabaja en reanudar la producción de vehículos en Hungría hacia finales de la próxima semana. De hecho, Angela Merkel está actualmente discutiendo con los líderes de los estados alemanes cuándo y cómo Daimler, Audi y BMW podrán reiniciar la producción en sus fábricas alemanas.
En Renault, una portavoz de la compañía confirmó recientemente que se han reiniciado parte de las operaciones en Portugal y que están trabajando para reanudar la producción en Rumania el próximo 21 de abril. Por otra parte, la planta de Hyundai en Nosovice, República Checa, reanudará la producción esta misma semana con dos turnos, en lugar de los tres habituales.
Bloomberg Intelligence estima que la caída en la producción de automóviles en Europa podría ocasionar la pérdida de tres millones de vehículos este año y una pérdida de ingresos de 60 mil millones de euros. Los gobiernos y las corporaciones europeas están buscando formas de reiniciar progresivamente la producción para volver a encaminar la economía.