Las primeras conclusiones de la investigación sobre el trágico incendio ocurrido el pasado 2 de abril en un garaje comunitario de Alcorcón apuntan a que el origen del fuego no estuvo relacionado con un coche 100% eléctrico, como inicialmente se pensó, sino con un vehículo híbrido PHEV.
En concreto, se trata de un Porsche Panamera híbrido enchufable que impactó violentamente contra otro coche estacionado, provocando un incendio de consecuencias devastadoras.
Según fuentes próximas a la investigación citadas por varios medios, el Porsche accedió al aparcamiento a una velocidad estimada de unos 60 km/h, una cifra inusualmente elevada en un entorno cerrado.
El vehículo, adaptado para personas con movilidad reducida tras un ictus sufrido por el conductor, habría acelerado de forma involuntaria al confundirse el acelerador con el freno. A bordo del coche viajaba también su esposa, ambos lograron salir gracias a la intervención de dos operarios que trabajaban en las inmediaciones.
El impacto se produjo contra un turismo Dacia de gasolina que se encontraba aparcado. La mezcla de combustibles —gasolina y componentes inflamables del sistema híbrido—, unida a las características del garaje subterráneo, con escasa ventilación y una superficie de apenas 400 metros cuadrados, facilitó la rápida propagación del fuego.
Las llamas desencadenaron al menos tres explosiones y una densa nube de humo que colapsó el espacio.
Los vehículos híbridos incorporan baterías de litio de tamaño mediano, cuyo comportamiento en incendios puede agravar la situación. Si bien no se trata de un vehículo 100% eléctrico, estas baterías son igualmente difíciles de extinguir en caso de ignición y es que en muchos casos las químicas son las mismas, variando tan sólo la capacidad de las mismas.
La tragedia se saldó con la muerte de dos bomberos del parque de Alcorcón: Jesús Aguilar Rodríguez, de 39 años, y Sergio Benavente Molero, de 34. Ambos fueron víctimas de las explosiones y del colapso estructural provocado por el fuego. Parte del techo del garaje, así como puertas y canalizaciones, se vinieron abajo, obstaculizando la entrada de los equipos de emergencia.
Uno de los momentos más dramáticos se produjo cuando Sergio Benavente, consciente de que varios compañeros no lograban salir por sus propios medios, decidió volver a entrar en el garaje. En ese acto heroico quedó atrapado entre los escombros, sin posibilidad de recargar su suministro de oxígeno.
El incendio pudo ser extinguido tras más de dos horas de intervención.
Las autoridades insisten en que el vehículo implicado no era un coche eléctrico puro, como se difundió inicialmente, sino un modelo híbrido. Esta precisión resulta clave en un momento de creciente debate público sobre los riesgos asociados a las nuevas formas de movilidad.
Durante estas semanas, en los medios se ha librado una batalla sobre si los coches eléctricos deberían o no estar vetadas en los aparcamientos subterráneos.