Este año han sido varias las llamadas a revisión por defectos de fabricación de las que os hemos ido informando desde los medios de motor. Cuando hablamos de ellas individualmente pueden no parecer excesivas, pero según los datos más recientes que nos llegan desde Stericycle ExpertSolutions, desde principios de año se han producido un total de 322 revisiones en la industria.
Estos datos se contabilizan a través de un índice denominado RAPEX (Sistema de Alerta Rápida), puesto en marcha por la Comisión Europea, y el dato global de este año debería hacer que nos paremos a pensar porque es bastante superior a lo visto entre los años 2013 y 2015. Si bien es cierto, las revisiones correspondientes al tercer trimestre cayeron un 12% respecto al trimestre anterior, pero aun así se mantienen en una cifra elevada de 100 llamadas.
Hay que reconocer que este hecho también es un indicador de que el mercado se está manteniendo fuerte, pero tal y como están las cosas actualmente, los fabricantes están teniendo especial cuidado en buscar todos y cada uno de los defectos que pudieran tener sus vehículos, al tiempo que se están teniendo que enfrentar a los reguladores. ¿La parte negativa? Que esta “vigilancia” por parte de las marcas también influirá en que el año cierre con un número récord de llamadas a revisión.
Curiosamente, llama la atención que el 51% de las llamadas se hayan notificado desde Alemania, y es que los casos de Volkswagen, con los motores diésel; y General Motors, con los problemas en el motor arranque, han puesto de relieve entre el público y la prensa en general los posibles defectos con los que los coches salen de fábrica.