Las revisiones del coche: algo más que un trámite recurrente

Las revisiones del coche son más que un trámite obligatorio que debemos pasar cada cierto tiempo, ya que sirven para evitar problemas mecánicos, y en ocasiones para detectar defectos que pasarían inadvertidos a una inspección ocular, como la que podemos hacer nosotros cada día al arrancar.

Insistimos mucho en el coste del mantenimiento del coche porque es uno de los valores que hemos de considerar cuando nos planteamos comprar un coche nuevo. Hemos de pensar que tendremos unas cuotas mensuales solo por financiar el vehículo, más la proporción de seguro que pagaremos al año, más los gastos de mantenimiento, garaje, lavados, y un largo etcétera. Comprar un coche significa endeudarse, y por eso hay que planificarlo y tener muy claro que no nos conviene, para nada, escatimar en los costes que consideramos “de menor importancia” (erróneamente) como la revisión.

Existen otros gastos “inesperados”, y no nos resistimos a entrecomillar lo de inesperados porque si tienes a mano una infografía como la que te presentamos, jamás te volverán a sorprender.

Tener en mente la periodicidad de este tipo de revisiones nos evitará que llegado el momento no dispongamos del dinero disponible para hacer frente a este gasto, en cualquier caso no olvides que dispones de la posibilidad de pedir un préstamo rápido.

Ya sabéis que nosotros mimamos a nuestros coches como si fuesen de la familia, y por eso siempre aconsejamos revisar dentro de lo posible todo lo que tenemos al alcance. De hecho, en nuestro día a día podemos hacer inspecciones oculares rápidas a elementos de uso frecuente, como los limpiaparabrisas (que cuando son viejos o están sucios básicamente no limpian) y su líquido, que podemos rellenar cada cierto tiempo dependiendo del uso que le demos; los neumáticos, en los que podemos observar no solo el desgaste y las presiones, sino si tiene alguna “herida” de guerra por tocar algún bordillo, por un frenazo…

Las revisiones, el mantenimiento y la ITV (aunque aquí sí que ya es algo más cuestionable) tienen un fin: garantizar que nuestros coches son seguros para nosotros y para los demás. .

Y por cierto, dentro del apartado de revisiones periódicas del coche hemos de apuntar que dependerá mucho de la marca y modelo del coche el momento en que debemos acudir al concesionario o al taller de confianza, y que no conviene pasarse muchos kilómetros entre revisiones.

Volvemos a decir que es de sentido común: no es una cuestión de que si pasamos la revisión pasado un kilómetro de lo estipulado el coche vaya a reventar, pero sí que sabemos a ciencia cierta que, si el coche se “rompe” y nos hemos saltado una revisión, lo más fácil es que la garantía no sirva ni para encender un fuego.

Muchas veces los tiempos de revisión se estiman teniendo en cuenta la vida útil de las piezas, líquidos, etc., y además tienen un margen de seguridad, pero pensemos siempre que si no cumplimos un plazo, puede que nos quedemos desprotegidos por garantía, o seguros, así que ¡utiliza la cabeza!