En los últimos meses, Tesla se ha enfrentado a una caída drástica en sus ventas globales. Aunque en un principio podíamos atribuir la caída al efecto Osborne que podría estar embolsando compradores que estarían renunciando a adquirir el Model Y a falta de la llegada del Model Y restyling, parece que el problema podría ser en realidad, una acumulación de circunstancias.
Si bien algunos apuntan a un castigo popular a Elon Musk como factor determinante, hay un elemento clave que también merece la pena analizar y que no es otro que la correlación entre las ayudas gubernamentales a la compra de vehículos eléctricos (EV) y el rendimiento comercial de la marca.
El crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en la última década ha estado fuertemente impulsado por los incentivos gubernamentales. Estos subsidios han sido clave para que los consumidores adopten tecnologías emergentes, especialmente en un sector donde los costes de adquisiciónsuelen ser más altos que los de los vehículos de combustión interna.
Tesla con caídas importantes de ventas, sobre todo en Europa
Noruega, por ejemplo, es el país líder en adopción de coches eléctricos con un 96% de las ventas de coches nuevos asociadas a esta tecnología. A pesar del crecimiento general del mercado eléctrico, Tesla ha perdido terreno frente a marcas como Toyota y Volkswagen.
Las ventas de Tesla han experimentado caídas significativas en varios mercados europeos, con desplomes del 59.5% en Alemania, 63% en Francia y 12% en el Reino Unido, a pesar del crecimiento general de los vehículos eléctricos en este último.
Además, la marca registró descensos del 44% en Suecia, 38% en Noruega y 42% en los Países Bajos.
Esto indica que, aunque el mercado de los coches eléctricos sigue en auge, Tesla está perdiendo protagonismo. Una razón clave podría ser el fin de las generosas subvenciones que impulsaron las ventas de la marca en años anteriores. En varios países, la retirada de estos incentivos ha encarecido la compra de un Tesla en comparación con otras opciones del mercado.
A la falta de subvenciones se suma otro problema, la competencia. Hasta hace poco, Tesla dominaba el mercado con una oferta limitada de modelos muy atractivos por sus consumos y su equipamiento. Hoy, la cantidad de modelos disponibles ha crecido de 25 a más de 130, lo que ha dado a los consumidores más opciones y ha reducido la cuota de mercado de Tesla.
También es relevante el factor reputacional. Diversas encuestas han demostrado que la polarización política de Elon Musk ha impactado negativamente en la percepción de la marca. Un estudio de Electrifying.com revela que el 60% de los compradores de Reino Unido consideran que la imagen de Musk es un factor disuasorio para adquirir un Tesla. En Suecia, solo el 11% de los consumidores tiene una opinión favorable de la marca.
Y tú, ¿cuál crees que es el problema real detrás de estas caídas?