Ya sabíamos que Maserati haría en breve una actualización del Quattroporte. A mitad de su ciclo de vida, la berlina de representación ha envejecido francamente bien y por esta razón la firma italiana no ha dedicado demasiados esfuerzos en la renovación estética.
Aunque muchos probablemente no encuentren diferencias, lo cierto es que el Quattroporte estrena paragolpes delanteros y traseros, este último con un difusor inferior en negro mate. La parrilla frontal es completamente nueva, con barras verticales terminadas en cromo. Otro detalle específico del modelo son los espejos retrovisores rediseñados.
En el interior las modificaciones son mayores, con una consola central revisada para que sea más atractiva y cómoda. Se integra un sistema de info-entretenimiento con pantalla de 8,4 pulgadas que por fin puede ser compatible con Android Auto y Apple Car Play. Los mandos de climatización y el volante también han sufrido variaciones.
En lo relativo al equipamiento, se ofrecerá un paquete de seguridad que aglutina a un precio inferior muchos elementos: alerta de cambio de carril involuntario, control de crucero adaptativo, aviso por colisión, sistema de frenada de emergencia y frenada automática.
La gama mecánica está formada por un mejorado 3.0i V6 que eleva la potencia hasta los 350 CV (20 más que antes) mientras que la opción intermedia conserva los 410 CV ya conocidos. Como tope se encuentra el 3.8 V8 TwinTurbo con 530 caballos que será la encargada de poner «la nota Ferrari» en la berlina. Por último el diésel mejora las prestaciones, aumentando la velocidad máxima.
Tanto las posibilidades de personalización del habitáculo como los colores y tejidos han aumentado, lanzando además los niveles de acabado GranSport y GranLusso que se suman al tope de gama GTS que ya venía vendiendo anteriormente. Todas estas novedades llegarán a los concesionarios españoles este mismo verano.
Ya hacia falta
Miguel Dbm…sera que le tenia muy visto.
Para nada. Esto no es un BMW. Es un coche diseñado con estilo y que hace girar cabezas. Esta hecho con gusto sin ornamentos ni gilipolleces.
Elegáncia pura no apta para germanofilos