No es la primera vez que veo algún vídeo de esta pasta circulando por Youtube o Facebook, sin embargo, sí que es la primera vez que investigo un poco al respecto.
El proceso AFM, también conocido como PowerFlow, es un proceso mediante el que se hace circular una extrusión inventada por uno de los fundadores de la marca fabricante en 1974.
Aunque en primera instancia el primer motor en el que se probó este sistema era el motor de una motorsierra, poco después el proceso se adaptó a todo tipo de motores y hoy en día, algunos talleres especializados y aficionados lo usan para limpiar y pulir sus motores de competición, los motores de sus muscle car, los motores de sus motos, las motos acuáticas, los motores de camión de alto rendimiento y mucho más.
Las limpiezas y tratamientos manuales solo llegan hasta donde llegan las herramientas, sin embargo, este proceso de extrusión permite tratar todo el interior y no conlleva riesgo de ondulaciones o irregularidades. Esto se consigue gracias a una mezcla de polímero similar a una masilla que se mezcla con virutas metálicas y se bombea a presión a través del interior de las piezas a tratar.
Dependiendo de la viruta que empleemos, el pulido de superficies será mayor o menor.
Este proceso se emplea en piezas por las que deben fluir líquidos o gases y de esta forma mejorar su circulación. Las piezas sometidas a estos proceso con más frecuencia son los colectores de admisión y de escape, pero también se puede emplear este sistema para limpiar turbocompresores, bombas, cilindros y mucho más.
A pesar de que es un proceso abrasivo, no altera el volumen del flujo, pero sí mejora la velocidad del flujo. Por lo que tras la limpieza percibiremos una mayor potencia, menor consumo, menores emisiones, más empuje y un mayor par.