Si bien el pasado fin de semana te hablamos por encima de ello en nuestro artículo habitual acerca de las llamadas a revisión, hoy queremos retomar el tema dada la gravedad del asunto. Como comentábamos, Volvo ha iniciado una llamada a revisión de carácter global de nada menos que 507.000 vehículos entre los que encontramos hasta 14 modelos de su gama fabricados entre 2014 y 2019.
Todos los ejemplares afectados equipan los motores diésel de cuatro cilindros y 2.0 litros de la compañía sueca, los cuales podrían tener un componente defectuoso en la mecánica capaz de provocar un incendio en situaciones extremas. Concretamente, hablamos de los Volvo S60, S80, S90, V40, V60, V70, V90, XC60 y XC90.
Según las investigaciones de Volvo, en determinadas condiciones de conducción, el circuito de refrigeración de la EGR podría no ser suficientemente eficaz. Como consecuencia de ello, puede generarse una cantidad inesperada de hollín, lo que aumenta el riesgo de incendio en el compartimento del motor.
Por ahora no hay que lamentar daños o lesiones causados por este defecto de fabricación, pero la compañía llamará a revisión a todos los modelos afectados para sustituir la posible pieza defectuosa. Como cabría esperar, la sustitución no tendrá coste alguno para los propietarios y Volvo se ha negado a facilitar detalles sobre el impacto financiero del problema.