El pasado mes de febrero, el Govern de las Islas Baleares anunciaba su intención de prohibir la circulación de vehículos diésel a partir de 2025 y de gasolina en 2035, aunque todos aquellos automóviles y motocicletas que ya estén matriculados en las islas podrán continuar circulando hasta que finalice su vida útil. Los más afectados serán, por tanto, los no residentes.
Es importante matizar que, más que prohibir el uso de coches diésel a partir de 2025 y gasolina en 2035, lo que hace es restringir su entrada a las islas. Así lo recoge la Ley 10/2019, de 22 de febrero, de cambio climático y transición energética que, en un primer lugar, no gozó de una ferviente acogida por parte del Gobierno central.
Si bien el gobierno socialista tiene entre manos una ambiciosa Ley de Cambio Climático y Transición Energética, se opuso en su momento a la propuesta del gobierno balear, amenazando con presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la misma. Ahora, ocho meses después, donde dije digo, digo Diego, y parece que ambos gobiernos han llegado a un acuerdo.
El vicepresidente y consejero de Transición Energética y Sectores Productivos del Govern balear, Juan Pedro Yllanes, declaraba que «la reunión ha sido productiva y positiva».
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha decidido dar luz verde a las medidas aprobadas en la Ley de Cambio Climático de Baleares, una medida que persigue que todo el parque automovilístico del archipiélago sea eléctrico en 2050 para reducir las emisiones de CO₂ del mismo en un 40 por ciento y en hasta un 90% en las ciudades y núcleos urbanos.
Esta iniciativa pionera a nivel estatal servirá de banco de pruebas social, jurídico y empresarial para la Ley de Cambio Climático que tiene en mente el gobierno de Sánchez y sitúa al archipiélago «a la vanguardia de Europa«. Con ello lograrán ser unas islas «sostenibles«, un «paradigma» en la conservación del medio ambiente a nivel internacional y, ya de paso, cumplir con el Acuerdo de París de 2015.
A grandes rasgos, el objetivo del gobierno balear es una sustitución total y progresiva del contaminante parque automovilístico actual por coches 100% eléctricos de cara a 2050. Se pretende que, en 2030, el 35% de las energías sean renovables, se reduzca un 23% el consumo energético y bajen un 40% las emisiones. Para ello, prohíben la entrada y circulación de vehículos nuevos diésel y gasolina en las islas en 2025 y 2035, respectivamente.
El plan también contempla la instalación de 1.000 puntos de recarga de coches eléctricos -de acceso público- en el horizonte 2025, entre otras medidas. En este artículo puedes encontrar los 8 puntos clave de la Ley. En cualquier caso, insisto, las medidas afectan especialmente al turismo, ya que la prohibición de circulación de vehículos nuevos no significa que se prohíba la circulación de los ya existentes en las islas.