Con el nuevo Yaris, Toyota ha querido mejorar un diseño de por sí exitoso, con un estilo dinámico que va más allá de lo que cabría esperar. Fieles al principio de Toyota de hacer un coche compacto por fuera pero amplio por dentro, los diseñadores han dado una vuelta de tuerca a este concepto mejorando la deportividad del conjunto sin perjudicar su habitabilidad.
El nuevo Yaris llama la atención por una línea exterior más afilada, donde en un frontal remodelado cobran protagonismo unas ópticas horizontales más estilizadas así como unas entradas de aire inferiores que delimitan la altura del coche. Con unos voladizos delanteros algo más cortos, la distancia entre ejes del Yaris crece 5 centímetros prestando de esta manera especial protagonismo a unos pasos de rueda sobredimensionados que le dan al coche un aspecto más deportivo, entre otras cosas gracias también a un centro de gravedad más bajo.
De perfil, destaca la mayor inclinación del parabrisas fruto del ligero adelantamiento del pilar A que a su vez, en el ejercicio de diseño modifica la forma de las ventanas laterales mediante la eliminación de la barra vertical. Mantiene en cualquier caso esa línea distintiva que hace de cintura a lo largo de todo el coche hasta la zaga, donde se mantiene casi inalterable esa especie de Y, seña de identidad del modelo.
El nuevo Yaris es 10 milímetros más largo que el anterior por lo que mantiene su aspecto urbano, no sucediendo lo mismo con la altura que se ve reducida en 20 milímetros hasta los 1510 que anuncia, contribuyendo de esta forma a convertirle en líder de su categoría con un coeficiente aerodinámico de 0,28.
Su imagen se beneficia además de un estilo pretendidamente deportivo, con la incorporación de nuevos diseños de llantas de aleación de 15 y 16 pulgadas respectivamente así como una selección de más de diez colores, incluyendo dos completamente nuevos como son azul profundo y rojo ardiente.
El interior recibe importantes modificaciones. Si bien las creaciones del fabricante nipón han hecho siempre gala de buenos acabados, el nuevo interior destaca por una mejora de los mismos digna de un segmento superior, con unos asientos delanteros de nueva factura que mejoran el ajuste vertical y la sujeción lateral de sus ocupantes incluyendo según el acabado un apoyabrazos central, y es que su diseño ofrece un confort añadido que, si bien en los anteriores estaba resuelto, los actuales son más amplios contando además con un resalte en la parte delantera de la banqueta así con en la zona lumbar que ayuda a combatir el cansancio en viajes largos.
El salpicadero mejora al tacto y crece 3 centímetros en anchura, incluyendo como novedad molduras disponibles en diferentes acabados así como detalles cromados para las salidas de aire e interruptores, lo que unido al desplazamiento de algunos controles y mandos hacia el lado del conductor para situarse frente a este en un ángulo más vertical contribuye positivamente con la sensación general de mayor amplitud que se percibe a los mandos.
Los paneles de las puertas integran nuevos y mayores acolchados cuyo color se coordina con inserciones en la tapicería de los asientos, lo que refuerza la mencionada sensación general de calidad interior, a la par que el opcional techo panorámico de cristal disponible otorga una mayor sensación de amplitud a un interior bien resuelto también para los ocupantes de las plazas traseras.