Europa, aparentemente, sigue decidida a acabar con las mecánicas tradicionales en 2035 y dejar en el mercado solo alternativas eléctricas. Sin embargo, los fabricantes de automóviles no lo tienen tan claro. Buena prueba de ello es el reciente acuerdo firmado por Subaru Corporation (Subaru), Toyota Motor Corporation (Toyota) y Mazda Motor Corporation (Mazda).
Las tres compañías de origen nipón han asumido el compromiso de desarrollar nuevos motores orientados a la electrificación y de avanzar hacia la neutralidad en las emisiones de carbono. Si bien hablamos de marcas competidoras entre ellas, estas futuras unidades servirán para que los tres fabricantes optimicen la integración entre los motores, las baterías y otras propulsiones eléctricas.
Al fin y al cabo, las tres empresas comparten el objetivo de una sociedad neutra en carbono y consideran que, para ello, es preciso explorar distintas vías. El carbono es el enemigo común a batir y trabajarán para ampliar las opciones de descarbonización, actuando con decisión y criterio. En otras palabras, van a intentar que los motores tradicionales no desaparezcan de un plumazo.
¿Qué sabemos del acuerdo de Mazda, Toyota y Subaru?
En el comunicado de prensa, la tres compañías afirman que las mecánicas del futuro serán motores más compactos. Transformarán la estructura interna de los vehículos, abriendo la puerta a rebajar la altura del capó, ampliando las posibilidades de diseño y el comportamiento aerodinámico. Y, en el caso de los motores de combustión interna, serán compatibles con distintos combustibles neutros en carbono.
Recordemos que estas marcas trabajan en las condiciones extremas de los deportes del motor para probar nuevas motorizaciones y combustibles, compitiendo con vehículos que funcionan con hidrógeno líquido y combustibles neutros en carbono. Esta actividad ya ha arrojado luz sobre lo que los motores del futuro podrían aportar a la neutralidad de carbono.
Los nuevos motores abandonarán los combustibles fósiles y adoptarán otras alternativas, como los combustibles sintéticos, los biocombustibles y el hidrógeno líquido.
La próxima generación de motores de las tres empresas no busca únicamente mejorar el comportamiento de los motores en sí, sino optimizar su integración con las tecnologías eléctricas, capitalizando las ventajas de ambos enfoques. Serán potentes y altamente eficientes, a fin de poder cumplir con unas normas de emisiones que serán cada vez más estrictas.