Bajo el titular “El fuego y la seda” se publicaba en 1991 la primer noticia sobre el 500E. Mercedes entraba de lleno en el segmento de los “sport-sedán” inaugurado años antes por el BMW M5.
Desarrollado en colaboración con Porsche, el Mercedes 500E se basaba en el 300E pero con numerosas modificaciones estéticas y técnicas. Cada unidad fue construida a mano siendo transportada ida y vuelta de la planta de Mercedes en Stuttgart a la planta Porsche de Zuffenhausen durante su montaje, empleando una media de 18 días de trabajo por unidad. Con una producción que fue del año 1991 al 94’, vieron la luz 10.300 unidades aproximadamente. Detrás de todo este esfuerzo, era la primera vez que Mercedes sacaba un modelo de calle capaz de enfrentarse a deportivos de alta cuna.
Como de los errores se aprende, tras un primer intento con versiones como el «6.0 Hammer» también con carrocería W124 fabricado conjuntamente con AMG en 1988, pero que por una mala planificación estratégica y un mal enfoque nunca llegó a alcanzar la popularidad deseada para el coste de desarrollo que tuvo, con este modelo los de Stutgart habían conseguido el equilibrio, la primer berlina deportiva que hacía gala de las mejores maneras en autopistas y viajes largos y uno de los “deportivos” más radicales que, sin serlo, se podía comprar por aquel entonces.
Cualquier amante del automóvil es fácil que sepa que si hubo un modelo fiable y seguro, de diseño elegante, que ayudase a Mercedes a entrar en los 90’, década del boom expansivo de las grandes marcas, por la puerta grande afianzándose entre sus competidores, ese fue el W124. Desde el 200D hasta el 500E eran conocidos como “el coche del millón de kilómetros”, título del que hizo especial gala el 300D por su casi “indestructibilidad”. Su fama acumulada y el acierto con un producto de éxito no eran de extrañar, pues no se había contemplado nunca la reducción de costes como estrategia de Mercedes hasta años después.
Esa fama, ligada a que nos encontrábamos ante el tope de gama que significaba el 500E, y a que ya venían de un patinazo comercial como fue el “Hummer”, hizo que literalmente Mercedes tirase la casa por la ventana en su desarrollo tanto económica como técnicamente.
Aunque como decía, tomaba la base del 300E W124, todo parecido técnico era pura coincidencia. Con un chasis mejorado, equipaba un sistema hidráulico de suspensión autonivelante con muelles más cortos, estabilizadoras más gruesas y hasta soportes y silentblocks de un material especial más resistente, todo pensado para encontrar el mejor equilibro entre eficacia y confort. Ningún detalle se dejó al azar, para frenar los 1725kg de peso lanzados se optó por cuatro discos ventilados, delanteros de 11,5 pulgadas y traseros de 10, con pinzas de 4 pistones.
El motor se podría decir que era totalmente nuevo, se apostó por el bloque del 500SL, sin duda una opción segura, pero bajo una importante puesta a punto que pasaba por el empleo del aluminio en muchos de sus componentes como el árbol de levas o los taqués, nuevo sistema de inyección Bosch LH Jetronic, un colector de admisión rediseñado que mejoraba también la ventilación posibilitando una mejora de par de hasta el 10%, y es que este nuevo motor M119 V8 DOCH de 4975cc de distribución variable conseguía un llenado perfecto de la cámara de combustión con un aprovechamiento óptimo de combustible y unos consumos que para su generación eran contenidos, aunque 13,5/100km de consumo medio en el fondo nunca lo sean.
¿El resultado? 326cv a 5600rpm y 480Nm a 3900rpm, cifras que le ayudaban a conseguir una fantástica aceleración hasta 100km/h desde parado de solo 6 segundos.
La alegría de este motor atmosférico y su alta dosis de par a lo largo de todo el cuenta vueltas le permitían empujar desde abajo como un cohete, una pena que la caja de cambios, aunque suficiente, no estuviera tan a la altura como hubiera sido deseable.
Montaba la misma transmisión que su hermano el 500SL, pero evolucionada, así como su eje trasero, igualmente modificado para soportar mayor peso y fuerza. Dadas las fechas en que se fabricó, en esta versión la dotación tecnológica, aunque de primer nivel, no era todo lo extensa que puede ser hoy en cualquier modelo de la estrella, no en vano equipaba ya por aquel entonces control de tracción (ASR) además de ABS y dos airbags.
Se podía decir que estábamos ante el coche perfecto, un modelo en el que tras un intensivo trabajo publicitario y todas las pruebas a las que fue sometido, los medios de comunicación de la época solo reseñaban aspectos como la deficiente ergonomía del monobrazo limpiaparabrisas o la ausencia de guantera en las versiones con airbag de acompañante, algo que dentro de lo que cabe, es todo un halago para un modelo tan pretencioso.
Con esta colaboración Mercedes pretendió mejorar lo inmejorable, y lo consiguió. De la mano de esta alianza llegó una obra de artesanía, un conjunto perfecto de formas y equilibrio soberbios. Todo se había tenido en cuenta aunque por fuera casi nada hubiera cambiado.
Su aspecto exterior sigue siendo de berlina sobria y elegante, solo unos pasos de rueda ensanchados y una nueva defensa delantera que integra dos pequeños antinieblas podian delatarle, por lo demás denostaba esa imagen arrogante de todo Mercedes cuadradote que hasta llega a rozar lo insultante, y que junto a los neumáticos 225/55/16 que calza, solo un entendido puede adivinar que aquel coche tan igual era al mismo tiempo tan diferente… Enemigo de lo políticamente correcto, desde la discreción convivía con esa inefable debilidad.
A partir de aquí comienza la diversión. Al volante hace las delicias de los conductores más aventajados, capaz de ser conducido como el mejor deportivo o la berlina más confortable, el 500E acelera como un demonio hasta los 260km/h a partir de los cuales salta la limitación situándose imperturbable a 250km/h. Pero no solo en autopista hace gala de las mejores maneras ya que en carreteras de montaña su aplomo en curva es sorprendente para un vehículo sin control de estabilidad y con llantas de solo 16 pulgadas (17″ en opción), parece estar pegado a la carretera.
El interior, a la altura, los asientos deportivos sujetan muy bien y te permiten estar tan cómodo como quieras, a cualquier velocidad se disfruta de este coche no necesitando preocuparte más que de los radares. El motor y en este caso los frenos, hacen el resto.
La dirección es increíblemente precisa teniendo en cuenta su condición de berlina de la Clase E, con un espectacular compromiso en cualquier tipo de trazados.
Su motor suena potente, ronco, sonoro como buen V8. El sonido exuberante que emana de su corazón y que se reproduce a través del escape, es sutil desde el interior pero inequívoco y delatador desde fuera para cualquiera que lo escuche.
Al salir acelerando de una curva prolongada, con el pedal a medio gas buscando la tercera marcha, el inmenso poder de los ocho cilindros se deja notar en un magistral ejercicio de fuerza que gracias al control de tracción hace que no haya que preocuparse. En 3ª velocidad se puede conducir a 180km/h, cambiando a cuarta y catapultándonos, sin dejar de pegarnos al asiento hasta su autolimitación.
Sin lugar a dudas el 500E es un coche que se conduce con una facilidad pasmosa, cosa que es de agradecer pero que al mismo tiempo sorprende ya que estamos al volante de un coche con casi una total ausencia de controles. En cualquier caso, si tienes los 8000 euros de precio medio en que se baraja este modelo en el mercado de segunda mano, estarás haciendo una de esas compras que se revalorizan con el tiempo.
El propietario del 500E que ilustra el reportaje, va teniendo ya varias unidades de este modelo. Hablando con él durante la sesión fotográfica no pudimos menos que preguntarle por qué le gustaba tanto el 500E, a lo que casi sin darle tiempo a pensar nos respondió «Porque creo que es la mejor berlina fabricada por Mercedes en las últimas décadas», cosa que nos dejó perplejos, pues es bien sabido el potencial de Mercedes, y a todos se nos vienen muchos modelos que tras repasar en todas sus facetas… terminamos situando por debajo de este en planteamiento puro y duro. Es justo reconocer que como amante del automóvil y propietario de un Mercedes W124 coincido en que estos coches, y este mucho más concretamente, tenían y todavía hoy tienen argumentos como para mantener intacta su integridad y filosofía como pocos.
Cabe destacar, que pese al precio de estos modelos en el mercado de ocasión y las pocas unidades que llegaron a España en su época (en comparación por ejemplo con el 300E), todavía es fácil encontrarte cierta oferta disponible, siendo los más cotizados y escasos aquellos con un kilometraje por debajo de los 200.000kms y su libro de revisiones en orden, cosa todavía más difícil si cabe.
En cualquier caso, modelos como este y otros que nos han acompañado y acompañarán a lo largo de las próximas semanas, son de esos que llegaron para quedarse, mucho después incluso de cesar su producción.
Nuestro agradecimiento, y el mío en particular, para Juan Ramón, propietario de la unidad fotografiada para el reportaje, y para toda la gente que participa y hace posible el subforo W124 del MBfaq.com (foro Mercedes-Benz).
Fuente: Artículo de El Blog del Coche
Enhorabuena por el artículo, es extenso pero ameno. Os habría recomendado colgarlo en varias partes para los que tengmos poco tiempo pero la verdad es que así luce más. Por cierto las fotos me encantan, las tomó el dueño?
Increible, por ese coche no han pasado los años!
Las fotos las tomamos nosotros, el dueño aportó el coche y su valiosa opinión. El fotógrafo destacó que el coche parecía recién sacado del concesionario, con eso te lo digo todo…
Muy buen artículo 🙂
Tengo la suerte de ser propietario de un 500 E como el del reportaje el mío de color negro azulado exclusivo también para este modelo para mi que poseo varios clásicos además de esta joya como es un Lancia Thema 8:32 by Ferrrari de segunda generación os puedo decir que el 500 E junto con este ultimo que acabo de mencionar son mis niños…. mimados como otro hijo mío dignos de ver ambos un saludo y gracias por deleitarnos con este magnifico reportaje.
Hola David,
El Lancia Thema es otro de esos incombustibles lobos con piel de cordero, si bien en su caso el tiempo tal vez ha hecho algo de mella en su imagen, pero para los entendidos sigue siendo uno de esos coches que te giras a mirar.
Es probable que el próximo reportaje sea sobre un Lancia Thema 8.32. Te gustaría participar en él, igual que lo hizo el propietario del Mercedes 500E que ilustra este artículo?