Esta semana le estamos dando un buen repaso a la historia. Si ayer os hablábamos del 25 aniversario del Mercedes-Benz 190 E 2.5-16 Evolution II, hoy es el turno de un coche aun más pasional, un Mercedes que marcó un antes y un después en la historia tras su presentación en el Salón de Ginebra de 1955 y que este año sopla nada menos que 60 velitas, el 190 SL.
Damos un salto en el tiempo hasta mediados de los años 50, una época próspera que muchos recuerdan como los años del milagro económico y en la que nunca antes tantas personas habían tenido la oportunidad de hacer realidad el sueño de tener su propio coche. En un ambiente donde la elegancia y estar a la última eran indispensables para destacar en la sociedad, la marca de Stuttgart supo encajar a la perfección un descapotable biplaza que derrochaba alegría, elegancia y tecnología, un modelo que caló hondo en la sociedad y buena prueba de ello son las 25.881 unidades que se vendieron durante su ciclo de vida comercial -1955 a 1963-. De ellas, más del 80% se vendió fuera de Alemania, llegando en torno al 40% al mercado estadounidense.
Inspirado en el 300 SL pero con una imagen algo más modesta, su diseño deportivo y la personalidad propia de la que le dotaban las limpias líneas de su carrocería lo convirtieron en un vehículo especial y deseado entre los fans de la marca de la estrella. De hecho, su gran popularidad y la de su hermano mayor, el mítico ‘Alas de Gaviota’, sentaron las bases de la tradición SL, consagrándose como dos iconos del mundo del automóvil que hoy en día alcanzan valores realmente elevados en el mercado de clásicos.
Desde que viera la luz por primera vez a modo de concept en el Salón de Nueva York, expertos y aficionados de la automoción soñaron con que este modelo llegara finalmente a producción. Un año más tarde, en la cita suiza, el modelo definitivo deslumbraba al público bajo los focos del Salón y los primeros elogios y buenas críticas por parte de la prensa no tardaron en llegar.
Bajo el capó, el espíritu de competición no estaba tan presente como en el 300 SL, pero su motor de cuatro cilindros y 1.9 litros capaz de desarrollar 105 CV de potencia era más que suficiente para cumplir con las exigencias del público de la época, permitiendo a sus propietarios viajar cómodamente durante bastantes kilómetros al estar basado en la plataforma acortada del sedán (W120) pero con ese toque extra de caché que suponía ir con la melena al viento. Hay que ver lo que son las modas, lo que hoy llamaríamos postureo del bueno en aquella época era elegancia, y sino que se lo digan a la familia Alcántara en Cuéntame…
A pesar de ello, el Mercedes 190 SL también tuvo su versión de carreras, haciendo algunos pinitos en la competición e incluso llevándose un podio en el Gran Premio de Macao de 1956 con Douglas Steane al volante. Para adaptarlo a las necesidades del circuito, se llevaron a cabo diversas modificaciones que incluían nuevas puertas de aluminio sin ventanas, un parabrisas más pequeño y la ausencia de las defensas y la capota de lona, entre otros. Tuvo una hegemonía breve sobre la pista, pero un éxito comercial innegable que se extiende hasta nuestros días en el mercado de segunda mano. Un trabajo bien hecho con un merecido reconocimiento ¡Feliz aniversario!
Pocos coches a dia de hoy, superan el estilo de éste.