Mercedes-Benz es un fabricante de automóviles ligado profundamente al lujo y la elegancia desde tiempos inmemoriales, pero también pueden hacer gala de haber estado siempre a la cabeza en materia de seguridad. Prueba de ello es que en octubre de 1971 registraron la patente número (DE 2152902 C2), así fue como nació el airbag y salvó miles de vías en todo el mundo. En 1981 llegaría con el Clase S el airbag de conductor que marcó otro hito importante en la historia de la seguridad pasiva, más tarde ya en la primavera de 1988 también llegó el airbag del acompañante.
Desde entonces se han ido sumando más airbags con el objetivo de proteger cada vez más a los ocupantes que viajan en el interior del vehículo, incluso hemos llegado a ver un nuevo airbag creado para el techo panorámico. Mercedes-Benz también está celebrando el aniversario del airbag de cortina o ventana, que fue presentado hace ya dos décadas de la mano del Clase E como un gran avance para su época. Hoy en día conducimos rodeados de multitud de airbags que equipan nuestros coches, casi sin saberlo, preparados para actuar en el momento crucial.
Actualmente existen gran cantidad de sistemas de seguridad pasiva, que comprenden hasta una docena de airbags dispuestos en lugares diferentes: desde el airbag de rodilla, airbag de cinturón, airbag lateral o de tórax/pelvis. Pero pese a que la patente de este invento fue registrada en 1971, ya desde el año 1966 comenzó el desarrollo por parte de los ingenieros del Grupo Daimler, y el Clase S de la serie 126 fue el elegido para equipar por primera vez el revolucionario airbag de conductor.
Un sistema que rápidamente sería adoptado por el resto de la industria del automóvil, una vez comprobadas sus bondades en caso de accidente. Hasta el día de hoy ha cambiado muy poco el principio básico de su funcionamiento, su activación está asociada a unos sensores que registran un frenazo más fuerte de lo habitual y activan el mecanismo del airbag. En ese preciso instante se libera una gran cantidad de nitrógeno en el generador de gas que infla la bolsa textil con forma de cojín, esta bolsa del airbag está fabricada de tela de poliamida con un interior de goma.
La bolsa protectora sale a gran velocidad y amortigua el cuerpo humano, que junto con el cinturón de seguridad permiten disipar la energía cinética generada por un fuerte impacto en caso de accidente. Hoy en día su funcionamiento ha sido modificado ligeramente, no se despliegan a la vez, sino que se dividen en dos etapas. Un sistema vital para salvar vidas, pero que no llegaría a la mayoría de vehículos hasta mediados de los años 90, sería a partir de 1994 cuando se convertiría en un elemento indispensable para todo conductor. Poco a poco también fueron reduciendo su tamaño, y es que el primer airbag de acompañante ocupaba la guantera entera, inflado podía ascender hasta los 170 litros.
Gracias a que poco a poco se consiguieron airbags de menor tamaño fue posible el uso de estos en otros lugares menos accesibles. Ya en el 2001 llegaría el airbag de cabeza/tórax, en el 2009 el airbag de rodilla y en el 2013 el airbag lateral de tórax/pelvis, de cinturón y de amortiguación. Otro de los elementos que más vidas ha salvado es el cinturón de tres puntos, del que también os hemos contado su historia en profundidad y que nació en 1962 de la mano de Nils Bohlin.